El Dios Ak´Kim deja encantados a sus espectadores en el equinoccio de otoño en Dzibilchaltún

Turismo

En punto de las 6:50 horas de la mañana de hoy, tras espera de casi dos horas, numerosos visitantes madrugadores disfrutaron el equinoccio de otoño, justo cuando el Dios Ak´Kim (Dios maya del Sol) se asomó por las puertas y ventanas del Templo de las 7 Muñecas, en Dzibilchaltún.

Algunos de los visitantes, tanto locales como foráneos, coincidieron en comentar que fue en un espectáculo muy hermoso y que con toda seguridad regresarán para observarlo de nuevo.

“Nos vamos satisfechos y encantados”, expresaron.

Como se sabe, esta maravilla natural, legado de la gran sabiduría de nuestros ancestros mayas, ocurre dos veces al año: el primer equinoccio se aprecia cada 21 de marzo, con motivo del inicio de la primavera y ahora en septiembre.

Apenas tres minutos tuvieron los visitantes, quienes llegaron antes de las 5 de la mañana, para captar con sus cámaras y sus celulares el hermoso cuadro que se forma en el firmamento como una obra de arte natural.

El director del Patronato de las Unidades Turísticas y Culturales (Cultur), Mauricio Díaz Montalvo, recordó que este espectáculo se podrá ver también este domingo 22 y lunes 23, con el mismo horario, tal y como se acordó con el INAH.

-Aprovechen que es fin de semana… estoy seguro que quedarán encantados con esta maravilla, que nos llena de orgullo por lo que representa para nuestra cultura -agregó.

Dado que no fue tan masiva la visita, como suele ocurrir con el fenómeno solar de primavera, la gente pudo acomodarse con tiempo y con calma. No hubo incidentes y tampoco lesionados.

La mayoría de los visitantes fueron locales, aunque también otros llegaron de algunas partes del interior del país y del extranjero.

Aún brillaba la luna cuando comenzaron a entrar los primeros visitantes que apoyados con lámparas y el “flash” de sus celulares caminaron los poco más de 400 metros del Sac-Be 1 hacia el Templo de las 7 Muñecas para esperar la salida de Ak´Kim.

La limpia de las “malas vibras”

Como se hizo en el anterior equinoccio, a la entrada del sitio se instaló Tiburcio Can May, un ah-men (sacerdote maya o guía espiritual) quien realizó una “limpia” a varios turistas de las “malas vibras” mediante un rito con incienso y leves azotes con hojas.

-Con estos ritos las personas quedan renovadas en el alma y en el pensamiento – recalcó el experto.

Díaz Montalvo agradeció al apoyo de la Secretaría de Seguridad Pública y de la Policía Federal por la seguridad que brindaron a todos los turistas, y también felicitó a todos los trabajadores del Patronato Cultur y del INAH que intervinieron en la organización, operación y logística.

Recalcó que el objetivo de este evento, de acuerdo con las instrucciones del gobernador Mauricio Vila, es que los visitantes se sientan cómodos y disfruten un evento de calidad.

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