Lecciones de la crisis con EU

Opinion

1. No ha terminado. Este fue sólo un capítulo, un round en la confrontación de narrativa electoral del presidente Donald Trump. Volverá a la carga en unas semanas, en cuanto la campaña se cierre, los números no le ofrezcan el panorama victorioso que espera. El demócracta y exvicepresidente, Joe Biden, aparece arriba por 6 a 8 puntos –algunos sondeos le otorgan hasta 10 o 12 puntos arriba. Trump utilizará su estrategia de chantaje y presión para conseguir mejores concesiones del gobierno de México y presentarse como el gran estratega defensor de la economía, el territorio y los intereses estadounidenses.

2. El tema migratorio es vital, no secundario y daña, contamina, el resto de la relación, especialmente la comercial como duramente hemos aprendido. Para él, para Trump, es un ariete valiosísimo con el que nos puede golpear una y otra vez. Exhibimos nuestra vulnerabilidad que, atención, no es sólo nuestra porque socios y aliados comerciales en EU ejercieron presión sobre el presidente Trump. Debemos neutralizar ese ariete, difundir una política más restrictiva en la frontera sur, explotar nuestro compromiso de filtro y control en el acceso de migrantes centroamericanos. En paralelo, impulsar el plan de desarrollo económico regional. Insistir en un compromiso de inversión por parte de Estados Unidos y acelerar al BID y otros organismos que inviertan en la zona.

3. La crisis demostró que nuestros canales de comunicación con la Casa Blanca son pobres o de plano inexistentes. No es válida la comparación con la administración anterior, debido a la grave crisis que provocó para Peña y Videgaray en su momento –su propia renuncia- pero ellos habían construido canales y líneas de comunicación hasta la propia Oficina Oval. Esta administración no las tiene, son esenciales. Deben ser reconstruidas, reabiertas, reestablecidas para mantener un pulso continuo de la volátil narrativa y el voluble ánimo de Mr. Trump. Que no nos tomen por sorpresa otra vez.

4. Todo gobierno nuevo enfrenta una curva de aprendizaje, resulta inevitable. Esta crisis –casi de shock eléctrico- debe acelerar ese aprendizaje, de forma exprés. Nuestros canales de negociación, cabildeo, acción paralela deben multiplicarse. Empresarios americanos, legisladores de ambos partidos, académicos y think tanks –estos sí de investigación, señor canciller- gobernadores son figuras clave en estados fronterizos. México debe desplegar la enorme red de aliados y voces procomerciales que se pusieron en activo por el equipo de negociación encabezado por Ildefonso Guajardo. Si esta negociación fue eminentemente pragmática como parece hasta donde conocemos, pues dejemos a un lado los filtros ideológicos y convoquemos a los expertos. Blanco, Guajardo, De la Calle, Zabludovsky, Sarukhán. Todos a sumar estrategias que permitan una planeación adelantada. Esto es por México, por los mexicanos, no es exclusivo de ningún partido político. A cerrar filas en una negociación inteligente, no confrontativa ni beligerante, sino anticipada, precisa, quirúrgica.

5. Corregir los errores. La crisis puso de manifiesto desorden en la construcción de una política migratoria única. Mientras Marcelo se expresaba por mayor control y registro en el Suchiate, Olga Sánchez desbarraba a extremos de frontera abierta, un millón de visas de trabajo, solidaridad con los hermanos centroamericanos. Un exceso innecesario. El presidente López Obrador debe fijar posiciones, dejar a un lado las ambigüedades de mitin y de plaza, establecer líneas claras de acción y control. A los ojos de Washington fuimos facilitadores del incremento migratorio. Con pena, no les faltó razón: caravanas con decenas de miles cruzando territorio nacional, con autobuses a costo del erario federal o estatal, cuotas de ayuda, alimentos, servicios médicos.

6. En esta línea, establecer con observancia internacional –ACNUR, OEA, CNDH, etcétera- políticas de respeto y respaldo a derechos humanos. No tenemos que golpear a macanazos o reprimir con tanquetas. Podemos registrar, detener, establecer campamentos para los que esperan asilo, y cierre firme para quienes pretenden cruzar desde Guatemala y Belice. No puede ser de otra manera. Impulsar al Departamento de Estado a que establezca una oficina de solicitud de asilo en Guatemala, para que las aplicaciones se realicen desde allá. El filtro se hace desde allá. Los migrantes no quieren quedarse en México, trabajar o buscar oportunidades. Su sueño es el americano. Por ende, con nuestra vigilancia y protección fronteriza, que sea el propio Departamento de Estado el que reciba y procese todas sus solicitudes desde allá.

7. Prepararse para una campaña electoral americana muy intensa, llena de referencias, agravios y menciones un día sí y otro también. Con la gran diferencia con la pasada en que uno de los candidatos es ya el presidente de Estados Unidos, por ende, tiene poder real, no sólo en discurso. Grupos de acción especializada en la Cancillería: grupo de reacción inmediata, allá y acá; grupo de contacto con gobernadores y otro con legisladores; uno más de empresarios, incorporar como bien hizo Ildefonso y su equipo a las contrapartes por segmento industrial en México: textiles, autopartes, automotriz, agrícola, etcétera.

Este es nuestro vecino, principal socio, cliente, aliado, mercado. Eso no va a cambiar aunque sean dirigidos por un inestable, voluble y locuaz dirigente amigo de la extorsión y del chantaje. Mejor prepararnos para ello, con inteligencia y estrategia, no con la soberbia de la moral elevada y “la dignidad intacta”. Necesitamos experiencia y profesionalismo, no improvisación y muchas ganas. Hay que pensar, diseñar, definir escenarios y estrategias.

Por: Leonardo Kourchenko El Globo

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