- Más de 6 mil personas presenciaron la representación número 44 de la pasión viviente de Jesús en las calles de Acanceh.
Por más de tres horas, el municipio ubicado en el centro del estado se convirtió en Jerusalén para contar el viacrucis de Jesús de Nazareth, que fue interpretado por primera vez por el profesor de educación física, Juan Carlos Rivero Mukul.
El calvario del joven educador comenzó temprano en la Capilla de Guadalupe, donde el hoy nazareno fue aprehendido y llevado ante el rey Herodes (Jacinto Moisés Pech Chalé) quien lo mandó a ser juzgado y azotado por Poncio Pilato.
Entre gritos de ¡Crucifícale! ¡Crucifícale!, Pilato se lavó las manos al dejar que el pueblo decidiera dejar en libertad a Barrabás -como parte de la tradición de Pascua que consiste en liberar a un reo- , en vez de Cristo.
Con una corona de espinas que representa una burla, el «Rey de los Judíos» cargó una cruz de 120 kilos e inició el recorrido por las 12 estaciones, mientras era azotado por soldados romanos y acompañado de María, caracterizada por Amayrani Sinahí Blanco López.
Durante el recorrido, Verónica (Sofía Guadalupe Uicab) limpió su sudor y sangre con una tela, la cual quedó impregnado el rostro de Cristo. Así como Simón de Cirene ayudó al nazareno a cargar la cruz hasta el lugar de su crucifixión.
Al pie de la pirámide de los mascarones, que fungió como el Golgota o Monte Calvario, el nazareno culminó su recorrido después de caer tres veces y fue levantado en su propia cruz para luego ser crucificado, junto a los ladrones Dimas y Gestas.
Después de las dos y media de la tarde, Jesús pereció, luego de pronunciar siete palabras, y su cuerpo fue bajado por José de Arimatea para darselo a su afligida madre y luego ser llevado a un sepulcro.
Así terminó la recreación de la Viacrucis viviente que es llevada a cabo desde hace 44 años por el Grupo Parraquial y Cultural Renacimiento en la comunidad de Acanceh.
Información MP, fotografía José Antonio Sánchez González