Desde Halacho hasta Canadá: Eulogio Pat, el yucateco de 54 años que persigue su sueño en la ingeniería robótica

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Mérida, Yucatán a 14 de junio de 2025.– A sus 54 años, Eulogio Antonio Pat Miss está por cumplir un sueño que parecía inalcanzable: estudiar en una universidad canadiense como parte de un programa de movilidad académica. Originario de Halacho y actualmente residente en el municipio de Kanasín para estar más cerca de sus estudios en Mérida, Eulogio es estudiante de Ingeniería en Robótica en la Universidad Politécnica de Yucatán (UPI) y está a punto de emprender una experiencia internacional en la Ontario Tech University, en Canadá.

Pat Miss dijo que “cuando vi la convocatoria, revisó los requisitos y de inmediato acudió a su universidad con los documentos. Los entregué y afortunadamente fui uno de los beneficiados”, cuenta con una mezcla de emoción y humildad.

Eulogio forma parte del grupo de estudiantes que accedieron al Programa de Movilidad Internacional 2025, impulsada por el gobernador  Huacho Díaz Mena, una iniciativa que apoya a jóvenes universitarios —y no tan jóvenes— en su formación en el extranjero. Y es que su historia rompe moldes y estereotipos: decidió iniciar su carrera profesional en robótica a una edad donde muchos piensan en la jubilación.

“Nunca es tarde si la dicha es buena”, dice citando al presidente López Obrador, al explicar qué lo motivó a estudiar una ingeniería a esta etapa de su vida. “Desde pequeño me gustaba, pero por cuestiones económicas no pude estudiar. Cuando tuve la oportunidad, me acerqué a la UPI, pregunté si podía entrar por mi edad, y me dijeron que solo necesitaba cumplir con los requisitos. Presenté el examen y entré.”

La decisión no ha estado exenta de retos. La UPI es una universidad bilingüe, y Eulogio tuvo que prepararse en inglés desde cero para poder cumplir con los estándares. Ahora, con el viaje a Canadá a la vuelta de la esquina, se siente más motivado que nunca: “Es un sueño hecho realidad. Cuando vi los resultados no lo podía creer. Llamé a toda mi familia. Mis hijos están orgullosos. Dicen que les estoy poniendo la vara alta.”

El respaldo de su familia ha sido fundamental, especialmente frente a las voces que lo desanimaron. “Sí hubo quienes me dijeron que estaba loco, que no debía estudiar, y menos en tecnología. Pero yo me aferré a mi sueño”, recuerda. Hoy, quienes alguna vez dudaron, se han convertido en testigos de su perseverancia.

Eulogio Pat es un ejemplo de cómo los sueños no tienen fecha de caducidad. Su historia inspira y demuestra que el deseo de aprender y superarse no conoce límites de edad ni obstáculos imposibles.

“Lo volvería a hacer mil veces”, asegura con una sonrisa.
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Por Redacción (Entrevista)
Información y fotografía Senderos del Mayab

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