Sargazo en Yucatán: de amenaza ecológica a oportunidad científica

Tecnologia

Mérida, Yucatán. – Lo que para muchos es solo una alga molesta en las playas, para la ciencia representa un reto… y una oportunidad. Así lo dejaron claro especialistas y autoridades durante el foro organizado por la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación de Yucatán (SECIHTI), en el que se presentaron propuestas innovadoras para transformar el sargazo en productos útiles para la sociedad.
Desde la creación de madera plástica compuesta, hasta su uso en la remoción de colorantes industriales o como revestimiento contra humedad en paredes, el sargazo empieza a perfilarse como un recurso valioso… si se maneja con inteligencia y responsabilidad.

Uno de los principales exponentes, el Dr. Raúl Tapia del Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY), explicó que si bien el volumen de sargazo que llega a las costas del estado no es tan alarmante como en otras regiones del Caribe, su presencia es cada vez más notoria en zonas como El Cuyo.

“Se trata de una variedad diferente, el sargazo pardo vectónica, que por efectos del cambio climático está comenzando a recalar en nuestras playas”, detalló el investigador. Sin embargo, advirtió que su manejo requiere precauciones: durante su trayecto por el mar, esta alga acumula metales pesados que pueden representar un riesgo si no se disponen correctamente sus residuos.

Además, al descomponerse, el sargazo genera sulfuro de hidrógeno, un gas tóxico que puede afectar la salud de quienes lo recolectan, provocando desde irritaciones cutáneas hasta complicaciones respiratorias.

Por su parte, la secretaria de SECIHTI, Giovanna Campos Vázquez, subrayó que el arribo del sargazo impacta de forma directa a actividades económicas clave como la pesca, particularmente al inicio de la temporada de pulpo, además de alterar el equilibrio de los ecosistemas costeros y afectar a la barrera coralina del Caribe, la segunda más grande del mundo.

El foro reunió a investigadores del CICY, del Instituto Tecnológico de Software y de la UNAM Unidad Sisal, quienes participaron en una mesa panel donde coincidieron en un punto clave: el aprovechamiento del sargazo requiere investigación, inversión y colaboración comunitaria.

“Tenemos que reconocer que la composición del sargazo cambia constantemente, lo que implica retos para su transformación. Pero también abre la puerta a nuevos descubrimientos”, concluyó Carla Azcorra May, investigadora participante.

El mensaje fue claro: el sargazo no desaparecerá pronto, pero convertirlo en aliado depende del conocimiento, la innovación y la voluntad de todos.

Por Manuel Pool

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