- Adrián Pedrozo aseguró que existen soluciones tecnológicas, pero hace falta comunicación y confianza entre gobierno, sociedad e industria para tomar las mejores decisiones.
- México debe concretar sus programas hídricos regionales para garantizar agua limpia y hacer frente a problemas como el COVID-19: Barrios Pérez
- Salomón Díaz expuso las amenazas que enfrentan los mares y costas; destacó las acciones de la Semarnat para su protección y ordenamiento.
Ciudad de México, a 29 de mayo de 2020; Durante la videoconferencia La Transición Hídrica: Agua y Océanos en la contingencia y después de la pandemia, como parte de la Jornada de Diálogos Ambientales en Sana Distancia que organiza la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), se destacó la necesidad de hacer cambios urgentes en la gestión y gobernanza del agua, ya que de ella depende el bienestar y desarrollo de las poblaciones.
Los expositores coincidieron en que se debe diseñar una estrategia que permita garantizar el abastecimiento del agua a todas las personas con base en principios éticos y respetando el derecho humano a este recurso; asimismo, se debe trabajar en el saneamiento de los cuerpos de agua para prevenir daños a la salud humana, a los ecosistemas y su biodiversidad.
Adrián Pedrozo Acuña, director general del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA), señaló que el agua es salud, bienestar y productividad económica. Sin embargo, dijo, no se había visto como un motor de desarrollo económico, sino como un recurso para ser dominado técnicamente, sin considerar dimensiones sociales, de equidad y de justicia.
El funcionario federal expuso que desde el IMTA se impulsa un cambio en el que se dará prioridad a la equidad entre las personas y la responsabilidad intergeneracional, ya que las decisiones que se tomen hoy tendrán impactos en el mañana; “eso significa que estamos hablando del bienestar de nuestros hijos y nuestros nietos”.
En el IMTA, explicó Pedrozo, tenemos el propósito de medir el agua para saber con cuánta contamos y medir también su calidad para poner esta información a disposición de todas las personas; construir una visión prospectiva y transversal mediante líneas de investigación enfocadas a la toxicología acuática que resuelvan los problemas actuales, pero también los que se visualizan en el futuro, por ejemplo, el impacto en la salud de los microplásticos.
Consideró que existen soluciones tecnológicas pero hace falta comunicación y construcción de confianza entre gobierno, sociedad e industria que permitan tomar decisiones con base en la evidencia científica y en la ética, prioridad que ha asumido este gobierno desde su inicio.
Dijo que en esta administración, el IMTA trabaja en la reincorporación, reconfiguración y fortalecimiento de la gobernanza del agua con el objetivo de abrir paso a la reflexión sobre los derechos humanos y la participación ciudadana en los temas hídricos.
Agregó que el Instituto, en coordinación con la Semarnat, elabora una metodología interinstitucional para atacar problemas puntuales, como la restauración del río Tula, en Hidalgo, en donde se pretende optimizar el tiempo de saneamiento del cuerpo de agua y se capacita a los actores sociales para que cuiden el recurso.
Se trabaja también, junto con el Conacyt, en el fortalecimiento de los sistemas comunitarios de agua, mediante un modelo organizativo, participativo y de planeación a través de un programa nacional estratégico. Estos conocimientos, adelantó el titular del IMTA, serán incorporados para generar una ley modelo de sistemas de agua y saneamiento para América Latina y el Caribe, que dará a México liderazgo en el tema.
Por su parte, José Antonio Barrios Pérez, jefe de la oficina de la Dirección General de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), subrayó que la aparición del COVID-19 reveló la necesidad de garantizar el suministro y manejo eficiente de este recurso bajo las normas de sanidad e higiene que permitan hacer frente a esta y otras crisis, ya sea en materia de salud o climática.
Explicó que las medidas recomendadas para hacer frente al problema sanitario suscitaron un incremento de hasta 30% en la demanda de agua, ya que la población está en casa y se lava las manos frecuentemente, puesto que investigaciones de la Organización Mundial de la Salud revelaron no sólo que el virus es sensible al cloro y al alcohol, sino que la limpieza es una herramienta clave para controlar la propagación del virus.
Para coadyuvar en la solución del problema, la Conagua concentró sus esfuerzos en el suministro de agua segura en comunidades y hospitales, en colaboración con gobiernos locales y organismos operadores.
La eventualidad, indicó Barrios Pérez, permitió descubrir que México no cuenta con planes de emergencia para su abasto en sitios críticos, y que además presenta una baja planeación urbana para distribuir el líquido en zonas alejadas. Se detectó también una reducida resiliencia de los organismos operadores, por lo que llamó a consolidar los Programas Hídricos Regionales, a partir del Programa Nacional Hídrico 2020-2024 para revertir estas deficiencias.
Esto es apremiante, sostuvo, ya que esta pandemia ha permitido discernir que es muy probable que a futuro las crisis se agudicen no sólo por contingencias de salud, sino también por efectos del cambio climático.
Al abordar el tema de mares y costas, Salomón Díaz Mondragón, director general de Ordenamiento Ecológico, expuso que uno de los retos para el Gobierno de México es gestar un manejo integral de todas las políticas e instrumentos de planeación con el objetivo de lograr una transición hacia mares y costas saludables.
Señaló que a pesar de que los mares y costas son sustento de vida y aportan incalculables beneficios a la humanidad, grandes amenazas los afectan y traen como consecuencia impactos ambientales y socioeconómicos, como especies invasoras, erosión de playas, basura marina de plásticos y microplásticos, blanqueamiento de corales, así como la presencia de sargazo. Destacó tres graves problemas de las zonas muertas de los océanos: cantidad de nutrientes, contaminación del agua por el tránsito de barcos y acidificación por el cambio climático.
Al respecto, el funcionario mencionó grandes avances que México ha tenido en los últimos años, como la creación de la Comisión Intersecretarial para Mares y Costas. Además, dijo, la Semarnat ha publicado ordenamientos ecológicos marinos, así como diferentes decretos de áreas naturales protegidas, y si bien se ha avanzado en la regulación en la zona federal marítimo terrestre, falta una ley general específica para el manejo integral de costas, aunque desde 2015 está pendiente de revisión y eventual aprobación en el Senado de la República.
Díaz Mondragón consideró necesario, además de caminar hacia un manejo integral de la zona, generar información integral de la situación de los mares, impulsar la concientización y participación social, orientar incentivos económicos y el desarrollo de instrumentos tecnológicos para proyectos como energía mareomotriz y restauración costera, entre otros.
Este ciclo de videoconferencias se realiza del 22 de mayo al 6 de junio, de lunes a viernes, de 11:00 a 13:00 horas, en conmemoración del Día Internacional de la Diversidad Biológica y del Día Mundial del Medio Ambiente. Se puede seguir a través del portal http://www.semarnat.gob.mx/mensaje/ y de las redes sociales de la Secretaría.