- La presencia de las comunidades indígenas ha permitido la preservación de porciones importantes de vegetación y de sus especies de flora y fauna en el país.
- El experto Leopoldo Valiñas señaló que las instituciones no coinciden en el número de lenguas indígenas que existen en el país y aún se mantienen prácticas de discriminación y menosprecio.
- La diputada Irma Juan Carlos anunció que el 5 de septiembre será declarado Día Nacional de la Mujer Indígena, con el fin de visibilizar a este sector.
- Para el director del ENAH, Hilario Topete, el reto es lograr la construcción de una nueva noción de persona que no excluya las diferencias de cultura
En el marco del Día Internacional de los Pueblos Indígenas, la Secretaría de Medio Ambiente llevó a cabo un foro virtual para reconocer y valorar el conocimiento milenario de las culturas tradicionales de México, además de reflexionar sobre la importancia de incorporar todo este bagaje a las políticas públicas de los gobiernos con el fin de lograr una conexión adecuada con la riqueza natural y cultural del planeta para superar las crisis humanitarias que se viven actualmente.
El secretario de Medio Ambiente, Víctor M. Toledo, señaló que en México existen 25 millones de mexicanos y mexicanas que no sólo hablan alguna lengua indígena, sino que se autorreconocen como miembros de alguna de estas culturas. Esto coloca al país como el segundo bioculturalmente más rico del mundo, después de Indonesia y por delante de la India, Brasil y Australia.
Aseguró que si hoy estamos conservando 30 millones de hectáreas a través de 182 áreas naturales protegidas (ANP), ha sido justamente por la presencia de las comunidades que permite la preservación de porciones importantes de vegetación y de sus especies de flora y fauna, gracias a sus prácticas sustentables, que están en equilibrio con el mundo natural.
“El mejor ejemplo es que las mayores porciones que todavía quedan de selvas tropicales coinciden con los territorios de los pueblos indígenas”, precisó el funcionario federal.
Por ello, enfatizó, tenemos que cambiar el paradigma para integrar a los pueblos indígenas y a las comunidades como copartícipes, y también reforzar con estímulos la presencia de estas comunidades alrededor, entorno o dentro de las ANP.
“Para la Secretaría de Medio Ambiente los pueblos y comunidades indígenas son actores centrales y partícipes de las acciones y políticas que han emprendido en este gobierno”, indicó.
En su intervención, Leopoldo Valiñas Coalla, lingüista, historiador, investigador y académico especializado en lenguas indígenas, reconoció que la diversidad lingüística en México es enorme, pero también tiene una muy alta complejidad, ya que en la actualidad no hay una institución que coincida con otras sobre el número de lenguas indígenas que existen, lo cual, consideró, refleja un menosprecio hacia las mismas.
Señaló que el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (Inali) reconoce en su catálogo oficial de 2010 la existencia de 68 agrupaciones en 11 familias lingüísticas, con 364 variantes. No obstante, precisó, algunas están fuera, como el zapoteco de la región de Ayoquezco, Oaxaca, y la afro seminole, hablada por los mascogos, de Coahuila.
En ese mismo año, afirmó, el Instituto Nacional de Geografía y Estadística reconoció 94 lenguas, la Secretaría de Educación Pública trabaja con 56 lenguas indígenas y la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) tampoco muestra datos que coincidan en sus diferentes catálogos.
Explicó que esta complejidad tiene también que ver con la movilidad social resultado de la pobreza, a prácticas de menosprecio y discriminación que persisten, a que el sistema educativo no considera los resultados que el Inali ha propuesto, entre otros. Ante esto, para el historiador Valiñas Coalla, “las lenguas indígenas mexicanas, además de invisibles, son mudas, inaudibles”.
Comentó que de acuerdo con el Inali, el 49% de las lenguas indígenas están en alto riesgo de dejarse de hablar. La CDI dice que el 55% y el Instituto Lingüístico de Verano cita el 41%, lo cual calificó de muy triste porque las lenguas no se pierden ni desaparecen, se abandonan por decisión de quienes las hablan y dejan de identificarse como sujetos y parte de una colectividad, incluidos todos sus saberes tradicionales.
La diputada de Morena, Irma Juan Carlos, presidenta de la Comisión de Pueblos Indígenas de la LXIV Legislatura, e indígena chinanteca del estado de Oaxaca, resaltó la riqueza natural y cultural de las etnias de México, cuya experiencia ayuda no solamente a preservar la tierra, sino también a mitigar los grandes problemas como el calentamiento global y contribuye a mitigar el cambio climático global.
Pidió al Gobierno de México recurrir a las prácticas amigables con el medio ambiente de los pueblos indígenas, a un desarrollo desde su propia visión, con intervención de bajo impacto en sus territorios, porque sus actividades como la siembra de maíz y hortalizas son para el autoconsumo y conforman la agrobiodiversidad.
Llamó a continuar haciendo labor de conciencia ambiental para que la globalización no nos atrape y haga consumir de tal manera que agotemos los recursos naturales, para evitar que sigamos afectando la resiliencia de nuestros ecosistemas.
Adelantó que en el próximo periodo de sesiones, la Comisión Legislativa que preside abordará muchas actividades tanto para hacer visibles a los pueblos y comunidades indígenas y afromexicanas, como para dictaminar iniciativas relacionadas con la creación de la Ley General de Consulta Indígena como una forma de hacer efectivos los derechos de nuestros pueblos originarios a decidir su propio desarrollo y hacer efectivo el derecho a la consulta, situación que se ha violentado en gobiernos anteriores.
Tras destacar la importancia del trabajo femenino en el campo y para la conservación del medio ambiente, la legisladora anunció que el 5 de septiembre será declarado Día Nacional de la Mujer Indígena, con el fin de visibilizar a este sector, ya que muchas veces su voz y presencia no es considerada en el sistema de usos y costumbres.
Finalmente, Hilario Topete Lara, director de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, aseveró que es difícil separar los pueblos de las lenguas, porque estas no sólo son una forma de expresarse, sino que manifiestan la concepción que tienen del mundo. Por ello, para un verdadero estudio y comprensión de estos grupos no basta con sentir empatía, sino ser capaces de aprender su lengua para asimilar el universo que los representa.
Dijo que se ha cometido el error de tratar de solucionar las necesidades de estas comunidades sin considerar su punto de vista, el cual puede ser muy diferente tan sólo a partir de su lengua. Incluso se ha tratado de erradicar su idioma mediante la imposición de una “lengua nacional”, dejando de lado todo un universo de conocimiento. Por ello no basta con recurrir al ejercicio de la traducción, ya que muchas de sus palabras conllevan una cosmovisión diferente difícil de comprender.
Aseveró que para garantizar un verdadero diálogo permanente entre culturas distintas, que no sólo se limite a una empatía sino que se permita una interacción, no podemos “partir de la noción del otro como sujeto, como objeto, sino como un ser humano diferente” con su propia forma de comprender y hacerse entender. El reto, dijo, es lograr una comunicación para construir una nueva noción de persona sin excluir las diferencias de cultura, lo cual ayudará a un auto enriquecimiento.