- Tras dos meses de trabajo, terminó el Seminario Agroecosistemas: alimento, biodiversidad y resiliencia.
- Se consideró dar la mayor atención a estos modelos de producción durante el Decenio de las Naciones Unidas de la Agricultura Familiar 2019-2028.
Ciudad de México, a 08 de octubre de 2020; Por la efectividad de su producción sostenible, limpia y saludable, los sistemas agroecológicos tradicionales constituyen opciones efectivas para hacer frente a los retos que derivarán de la pandemia generada por COVID-19, y garantizar la alimentación sana y equilibrada planteada en los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Especialistas señalaron lo anterior al participar en el Simposio Satares. Sistemas Agroalimentarios Tradicionales Altamente Resilientes, con el que concluyó el Seminario Agroecosistemas: alimento, biodiversidad y resiliencia, organizado por la Secretaría de Medio Ambiente en coordinación con la Universidad Autónoma de Chapingo, en el marco del 8º. Congreso Internacional y 22º Congreso Nacional Agronómico.
Arturo Argueta Villamar, subsecretario de Planeación y Política Ambiental, afirmó que el conocimiento de las culturas originarias puede ser clave ante el desafío de la inseguridad alimentaria y que en 2019 afectó a 750 millones de personas en el mundo, según datos recientes de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Durante la clausura del encuentro, el cual fue compartido desde la página de Facebook de Semarnat 3,137 veces y reproducido hasta en 221 mil 260 ocasiones a lo largo de dos meses, el funcionario federal calificó de exitoso este seminario al reunir dos elementos fundamentales: se compartió y se dialogó.
Gracias a ello, explicó, se logró avanzar en el proceso de sistemas agroecológicos altamente resilientes y también se propició el desarrollo de una importante disciplina como la agroecología, un aporte latinoamericano al mundo al que debe darse la mayor atención durante el Decenio de las Naciones Unidas de la Agricultura Familiar 2019-2028.
Al compartir su experiencia en esta última sesión, Iván Román, productor de cacao criollo del Soconusco, destacó las bondades de este cultivo tradicional de los Mocaya (pueblo del maíz), ya que para su producción se requiere de un sistema agroforestal altamente diversificado con árboles forestales, frutales y fauna que ha favorecido un producto altamente resiliente y de gran valor económico y nutricional.
Leydy Pech, productora de miel en Campeche, explicó que el grupo de mujeres Koolel Kab se dedica al rescate y preservación de la abeja melipona, con el objetivo de recuperar esta práctica cultural maya y aprovechar sus beneficios para la salud y la economía.
Expuso que para garantizar la sobrevivencia de las meliponas es importante transmitir el conocimiento del manejo a las nuevas generaciones, además de generar espacios menos perturbadores para la crianza de esos insectos polinizadores.
Gustavo Viniegra González, investigador en el área de biotecnología, expuso los resultados de un estudio sobre los meteplantes, antiguo sistema de producción biodiverso que consiste en cultivar magueyes entre las milpas. Con este método, y con la suma de nuevos procedimientos de mercadeo y creatividad para obtener productos más atractivos para el mercado, como textiles y bebidas, se puede superar la pobreza rural, explicó.
Finalmente, Alejandro Hernández Tapia, académico de la Universidad Autónoma Chapingo, habló del tlacolol, un sistema prehispánico que transforma el bosque tropical caducifolio, al convertir pendientes pedregosas de 20 a 45º, en un área agrícola que al cabo de tres a siete años de servicios se deja descansar para su regeneración o se transforma en pastizal para ganado.
Este seminario contó con la participación de expertos y académicos de instituciones como la Sociedad Científica Latinoamericana de Agroecología, el Colegio de Postgraduados, la Asociación Mexicana de Agroecología, y de la Universidad Autónoma Chapingo.