En su informe de gobierno, Mauricio Vila recurrió a lo que siempre ha hecho: colgarse de las acciones del gobierno federal. Él, como muchos de sus aduladores en la prensa (varios a sueldo hasta por 80 mil pesos al mes), sabe que no es nada sin las participaciones e intervención del gobierno de Andrés Manuel López Obrador. No sólo por el tamaño de las obras principales en el ámbito federal, sino por la inmensa aceptación que tiene el compañero Presidente entre la mayoría de la población. Aceptación que se ha incrementado incluso en lugares como Yucatán. Por lo tanto, el énfasis con el que sus aduladores de la prensa lo ensalzan y tratan de aparentar que él y López Obrador son amigos íntimos, obedece al tratar de no perder popularidad entre yucatecos y yucatecas. Sin la intervención federal, el gobernador de Yucatán, preocupado por los negocios, por pagar medios de comunicación afines y por sus aspiraciones presidenciales, en realidad no significa mucho.
Para muestra lo que señaló en su informe, en donde se refirió a dos temas, la vacunación de la población del estado y el hospital de Ticul, obras del gobierno federal, como si fueran suyas. En la propaganda oficial que comunica que esto es obra del gobierno del estado, se nota la falsedad. Es el gobierno de la República quien gestiona y hace posible la llegada de las vacunas a Yucatán, gracias a lo cual se ha vacunado a gran parte de los habitantes del Mayab. El hospital de Ticul fue rescatado también por el gobierno federal. La exigencia de los habitantes de la zona en el sentido de que se tengan servicios de atención medica de calidad, además de la sensibilidad del Presidente para con esta parte del país, hicieron posible que ahora se pueda contar con la rehabilitación de dicho hospital.
El resto del informe, en donde Vila habla de supuestos logros de su administración, es cuestionable. Basta con señalar fallos graves que todavía existen en los servicios médicos (responsabilidad del gobierno del estado), seguridad (violaciones a los derechos humanos, agresiones de la policía contra la población, ejecuciones en ascenso, feminicidios), la epidemia de suicidios (Yucatán rompió récord al respecto), violaciones de derechos laborales de la población (médicos, maestros) y contaminación del agua en el estado por las granjas y demás industrias que no tienen una regulación adecuada.
Además, se cumplirán dos años de la represión del 19 de enero de 2020. A dos años del ataque de la policía estatal a los ciudadanos y ciudadanas que ese día se manifestaban en las calles de Mérida, no sabemos que se haya aplicado algún castigo a los responsables de ese atentado. Siendo el máximo responsable el propio titular del poder ejecutivo estatal. ¿O acaso los policías se mandan solos?
En materia electoral, la cosa esta peor. El gobernador tiene que recibir un castigo por el congreso local debido a su indebida intervención en el proceso electoral 2020-2021, en donde hizo parecer novatos a los viejos gobiernos priistas especialistas en fraude electoral y todo tipo de marrullerías.
Todos estos problemas sin resolver bastan con mostrar que este gobierno es más de lo mismo. Disfrazado de una cara bonita (pero vacía) y con una gran simulación como eje de gobierno. En suma, un régimen alejado de las necesidades de aquellos a los que supuestamente gobierna.
Atentamente
Mario Mex Albornoz Presidente del Comité Ejecutivo Estatal de morena en Yucatán