Apicultores de Yucatán denuncian mortandad masiva de abejas por fumigaciones sin control

Entrevistas

Tizimín, Yucatán, 3 de julio de 2025. – Fernando Rojas Lagunes, presidente de la cooperativa Cabijol de Tizimín, que agrupa a 567 apicultores y representa a 17 cooperativas y grupos en todo el estado, denunció una nueva crisis ambiental que afecta a la apicultura: la mortandad masiva de abejas debido a fumigaciones agrícolas indiscriminadas.

De acuerdo con Rojas Lagunes, los primeros casos se registraron en Tizimín, donde una fumigación aérea provocó la muerte de más de 300 colmenas. Posteriormente, se presentaron casos similares en otras zonas, como Mojalal.

A pesar de que se reportaron los hechos y se realizaron análisis que confirmaron la presencia del químico fipronil, no se tomaron medidas legales ni se sancionó a los responsables.

“Fue una masacre. Llegabas a los apiarios y todo estaba lleno de abejas muertas. Era una escena devastadora”, describió.

El líder apícola señaló directamente a una empresa agrícola llamada General, presuntamente manejada por inversionistas extranjeros, como responsable de las fumigaciones en vastas extensiones de cultivo de maíz en la región. “Todo ocurrió alrededor de sus plantíos, y aunque se les confrontó, se negaron a asumir responsabilidad”, afirmó.

Uno de los principales reclamos del sector es que se implementen protocolos de aviso previo para las fumigaciones, como sucede en países como Estados Unidos y Canadá, donde se notifica con semanas de anticipación. Esto permitiría a los apicultores trasladar o proteger sus colmenas.

Además, denunció que algunas fumigaciones aún se realizan desde avionetas, lo cual incrementa el riesgo de contaminación en amplias zonas.

“Cuando se fumiga por aire, el viento dispersa los químicos hasta 300 metros más allá del área de aplicación, afectando cultivos vecinos y colmenas que nada tienen que ver”, explicó.

Rojas Lagunes también responsabilizó a algunos ganaderos locales, quienes emplean fumigaciones para eliminar maleza y mantener sus pastizales, sin tomar en cuenta la cercanía de apiarios o los efectos colaterales sobre la biodiversidad.

“Una abeja puede recorrer hasta dos kilómetros desde su colmena. Si entra en contacto con plantas contaminadas, lleva el veneno de regreso y mata a toda la colmena”, advirtió.

Actualmente, se encuentran en diálogo con autoridades de la nueva administración estatal y con la Unión Regional de Organizaciones Ganaderas (UROG), buscando establecer acuerdos y medidas que frenen esta problemática.

“Hay buena disposición por parte del nuevo gobierno. Sabemos que esto tomará tiempo, pero tenemos la esperanza de que ahora sí se actúe”, expresó el dirigente.

Finalmente, hizo un llamado urgente a las autoridades estatales y a los ganaderos:
“Pedimos que se prohíba el uso de fipronil. Ese químico nos está matando las abejas. Y también pedimos conciencia: sin abejas no hay polinización, sin polinización no hay alimentos. Nos estamos matando solos».

Información y fotografía El Observador Gráfico

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