El presidente de China, Xi Jinping, se comprometió a expandir drásticamente las exportaciones de vacunas COVID a dos mil millones de dosis este año, igualando los compromisos de las naciones del G-7 en medio de advertencias sobre la escasez de inoculaciones en los países en desarrollo.
Xi anunció el objetivo en un discurso escrito en un foro sobre cooperación internacional en vacunas organizado el jueves por el ministro de Relaciones Exteriores, Wang Yi, dijeron los medios estatales.
El país también planea donar 100 millones de dólares a la iniciativa Covax, el programa internacional respaldado por la Organización Mundial de la Salud que proporciona vacunas a los países en desarrollo, apuntó el mandatario.
El mundo en desarrollo cuenta con inyecciones de desarrolladores chinos, como Sinovac y Sinopharm, para frenar la propagación del virus SARS-CoV-2, aunque parecen ser menos efectivas que las vacunas desarrolladas en Occidente.
A principios de esta semana, el jefe de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, instó a las naciones desarrolladas a compartir sus suministros en lugar de ocuparlos en inyecciones de refuerzo.
La promesa anunciada por Xi representaría un gran aumento en el ritmo de las exportaciones chinas, y el Ministerio de Relaciones Exteriores explicó a periodistas este viernes que el país había enviado hasta ahora el equivalente a 770 millones de dosis al extranjero. Dos mil millones de dosis igualarían los compromisos totales anunciados por las naciones del G-7 en su reunión en Reino Unido.
Las naciones asiáticas que no incluyen Oriente Medio han recibido hasta ahora alrededor de 39 por ciento de las vacunas chinas enviadas al exterior, o más de 300 millones de dosis, según un desglose aproximado proporcionado por el Ministerio de Relaciones Exteriores. Otro 30 por ciento ha ido a América Latina, mientras que 21 por ciento ha ido a Oriente Medio y alrededor de 2,3 por ciento ha sido enviado a África.
El presidente Joe Biden aumentó los envíos de vacunas estadounidenses después de que su país fue acusado de acumular suministros para concentrarse en su propia población. Ese esfuerzo se ha visto impulsado por una mayor demanda de inyecciones de ARN mensajero por parte de Pfizer-BioNTech y Moderna, cuyos estudios han demostrado ser más efectivos contra variantes virulentas como Delta.
Tanto Estados Unidos como China quieren apoyarse en ‘la diplomacia de las vacunas’ para reconstruir su prestigio internacional después de los primeros pasos en falso de la pandemia. Las críticas al manejo de China del primer brote en la ciudad de Wuhan impulsaron un fuerte aumento de las opiniones negativas hacia el país en el mundo, mientras que la confianza en la experiencia estadounidense se ha visto sacudida por brotes descontrolados que han infectado a más de 35 millones de estadounidenses.
Fuente: El Financiero