El Espacio Cultural San Lázaro de la Cámara de Diputados, que dirige Ismael Carvallo, clausuró el ciclo de videoconferencias por los “150 años del fallecimiento de Benito Juárez”, con la ponencia de la historiadora Josefina Zoraida Vázquez, doctora por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Con el tema «Don Benito, un héroe que muere en su cama», Zoraida Vázquez cerró un ciclo de seis videoconferencias organizadas por el Espacio Cultural San Lázaro, en colaboración con la Academia Mexicana de la Historia.
La investigadora habló de la figura de Benito Juárez como un estadista internacional y “milagro de la historia mexicana”, ya que en su contexto como indio zapoteca trascendió hasta ser un héroe nacional que lideró mandos militares, fue presidente de México y además un gran reformista.
Fue un político sencillo, austero, cariñoso y cercano a su familia. A pesar de que impulsó el laicismo del Estado mexicano, aunque nunca dejó de ser un devoto católico, incluso como presidente de la República, mencionó Zoraida Vázquez.
Benito Juárez se convirtió en ejemplo internacional. Ejemplo de ello es que fue distinguido en toda Latinoamérica; Colombia y República Dominicana lo reconocieron como “el Benemérito de las Américas”, incluso en Argentina se fundó un barrio en Buenos Aires en su honor, abundó la conferencista.
La escritora e historiadora profundizó en la forma en que murió Juárez, tras haber perdido a su esposa, Margarita Maza, de un infarto postrado en su cama, ya debilitado luego de haber enfrentado las guerras civiles imperiales.
A diferencia de otros héroes nacionales, continuó, Benito Juárez no murió fusilado, sino con toda dignidad, en su cama, acompañado de todo el prestigio internacional y de su pueblo mexicano.
Su ceremonia fúnebre fue ostentosa – contrario a lo que él hubiera deseado- y sus restos yacen en el panteón San Fernando de la Ciudad de México, añadió la académica.
Josefina Zoraida Vázquez opinó que Benito Juárez fue uno de los grandes estadistas de la historia de México en el siglo XIX, junto con Francisco García Salinas, el “Tata Pachito, quien fue gobernador de Zacatecas; el general Porfirio Díaz, y Lucas Alamán.
“Hay que revisar la historia de Benito Juárez y aquilatar su tamaño como estadista; alguien que no estaba pensando en las siguientes votaciones, sino en el futuro de las demás generaciones. Él era un enamorado de la modernidad y quería quedarse en el poder hasta que México fuera capaz de implantar un sistema de justicia a la altura de las circunstancias”, concluyó.
A la clausura del ciclo de videoconferencias asistieron Javier Garciadiego, director de la Academia Mexicana de la Historia, y Ángel Limón, coordinador del Seminario de Historia, Política y Parlamentarismo del Espacio Cultural San Lázaro.