Colaboración: Dr. Jorge Efraín Salazar Ceballos
Médico Neurólogo y Juan José Méndez Castillo. Neurologo- Neurofisiólogo, Hospital Psiquiátrico de Campeche/ Clinica Campeche.
Epilepsia y trastorno por déficit de atención.
Para el diagnóstico del Trastorno por Déficit de Atención (TDA), conocemos que el diagnóstico de la enfermedad, debe cumplir con ciertos criterios del examen físico, con entrevistas o cuestionarios, así como pruebas conductuales y pruebas psicológicas. A su vez se sabe que los pacientes con Epilepsia se pueden acompañar en porcentajes ya estudiados, de problemas de la falta de atención. Estos porcentajes pueden llegar a rangos de hasta 11.8% en TDA. El TDA es más frecuente en niños con epilepsia en la infancia. Los niños con epilepsia tienen más problemas de atención en comparación con los controles sanos. Las personas con epilepsia tienen un riesgo 3.5 veces mayor de TDA, en comparación con las personas sin epilepsia (1-3).
A su vez las epilepsias y las crisis epilépticas, pueden generarse como el resultado de un daño al cerebro y las crisis pueden tratarse y pararse si se resuelven estas afectaciones, dependiendo de la causa, la magnitud y la región del cerebro afectado. El electroencefalograma puede documentar los datos focales y orientarnos al tipo de epilepsia. Entre las causas podemos encontrar el traumatismo craneal, enfermedades, tumores cerebrales, incluso benignos (como los hamartomas, un tipo de tumor) en el cerebro, la formación anormal de los vasos sanguíneos, infecciones como la meningitis entre otras. Los datos que nos pueden orientar a la comorbilidad (coexistencia TDA/epilepsia), es que el paciente tenga datos focales (que se originan en un punto especifico o en un lóbulo del cerebro, describiéndose de acuerdo con el área afectada, lóbulo frontal, temporal, etc.), con movimientos anormales paroxísticos (súbitos), estereotipados (movimientos que se repiten sin variación, se debe hacer diagnostico diferencial con los Tics, un tipo de contracciones musculares, habitualmente en cara y brazos), movimientos periódicos (no voluntarios), de extremidades, de los dedos, así como datos menos frecuentes, como síntomas sensitivos, intermitentes. Deben tomarse en cuenta otras manifestaciones como las crisis de ausencia (el paciente tiene la mirada indiferente, con indiferencia al medio y puede tener espasmos musculares leves), también en los síntomas atípicos como tener parálisis de Todd (una debilidad transitoria intermitente, de una parte, del cuerpo). Puede haber incluso cambios conductuales, psiquiátricos (alucinaciones entre otros datos). Independiente de los factores que se han asociado al origen de la epilepsia, pueden influir los factores únicos de cada individuo, así como los factores relacionados con el embarazo y el parto prematuro, que se han relacionado a la epilepsia. No están claras las causas de las asociaciones y los mecanismos. (1, 4, 6).
El tipo desatento de TDA es más frecuente que la presentación combinada en niños con epilepsia, mientras que el tipo combinado es más común en la población general. Se sabe que existe una distribución igual de ambos sexos del TDA en los pacientes con epilepsia (4).
Se ha propuesto un origen genético, se habla de genes candidatos. En Suecia, se ha realizado un estudio de Cohortes (un tipo de investigación observacional y analítico, que compara la frecuencia de aparición de un evento entre dos grupos, uno de los grupos expuesto a un factor y el otro no), a nivel nacional, estudiaron 1,899,654 casos de nacidos entre 1987 y 2006. Ellos demostraron una fuerte asociación entre la epilepsia y el TDA y refieren que la asociación se explica en parte por una responsabilidad familiar compartida. Encontraron solo una modesta correlación genética entre los trastornos, lo que indica que los genes compartidos, no son el principal factor que sustenta la comorbilidad (coexistencia) de la epilepsia y el TDA, pueden haber otros diversos factores, incluyendo los factores ambientales y los factores del microambiente de la madre in-utero. Además, los individuos con un pariente con epilepsia también tuvieron un aumento significativo del riesgo de TDA estadísticamente significativo (3).
Se ha encontrado además asociados la discapacidad intelectual y los trastornos del aprendizaje, un estudio de Turquía reporta diferencias significativas entre las dimensiones de los síntomas y la calidad de vida, sin embargo, solo estudiaron 140 niños, pero también se ha documentado con no favorables resultados académicos, en algunos adolescentes, hacia el rango de los 16 años. Demostrando un riesgo académico a largo plazo (2, 5, 6).
Hay asociados otros factores, actualmente incluso los cambios de los ritmos circadianos, regulados por los genes CLOCK (de sus siglas en inglés «Circadian Locomotor Output Cycles Kaput»), la relación de los ritmos circadianos y los trastornos del estado de animo ya se ha establecido. Incluso hay reportes de la relación del insomnio inicial y el TDA, por lo que puede haber relaciones en la duración y en la calidad del sueño, a su vez se sabe que la privación de sueño es un factor que puede llevar a descontrol en los pacientes epilépticos, e incluso a crisis convulsivas, por disminución del umbral de las convulsiones, por aumento de los despertares, somnolencia diurna y la reducción del sueño total. Figura 1. (7-9).
Se dice que hay un subgrupo de niños en quienes la epilepsia no diagnosticada podría tener un potencial condicionante de una regresión con aspectos autistas, esto es posible de explicar ante los cambios y desordenes que produce la actividad irritativa cortical, la epilepsia. Al presentar durante la actividad irritativa, cambios en la organización del pensamiento. Posterior a esto, tenemos la posibilidad de que los síntomas, sean producidos por un cuadro de epilepsia, en estos casos el tratamiento de la epilepsia, podría modificar el comportamiento previo y a su vez mejorar la condiciones generales del paciente, o bien en otros casos la epilepsia presentada inicialmente, puede ser la causa de comorbilidad (coexistencia de las dos enfermedades epilepsia + TDA). Por lo que el tratamiento efectivo puede mejorar significativamente la calidad de vida del paciente y la familia (9-11).
La importancia de manejar la Epilepsia es que, aun teniendo epilepsia, el paciente puede tener su vida normal, plena y activa. Pero puede llegar a haber un riesgo de muerte o discapacidad grave asociado con la epilepsia, por el riesgo de accidentes, pensamientos suicidas paroxísticos (súbitos y no explicables), o acciones relacionadas con algunos medicamentos anticonvulsivos. Los riesgos mayores incluso en la vida, pueden ser el estado epiléptico (crisis muy frecuentes en tiempo, sin control), y la muerte súbita (conocido en inglés como SUDEP por sus siglas). Por lo que es importante conocerla, diagnosticarla y tratarla. Hoy día se está estudiando, los riesgos de los tratamientos farmacológicos (6, 9)
Conclusiones, en el paciente con TDA, existe la comorbilidad con epilepsia; con los casos atípicos, debe ser descartado Epilepsia. Ya que el tratamiento enfocado puede contribuir a la estabilidad en el desarrollo psicomotor, conductual y académico, el beneficio del tratamiento parece ser mayor que el riesgo. El diagnóstico es clínico, con apoyo y complementos del electroencefalograma y los estudios de Neuroimagen (Resonancia magnética y tomografías cerebrales).
Bibliografía:
1) Idiazábal-Alecha MA, Kosno M. Trastorno por déficit de atención/hiperactividad y epilepsia en la infancia. Rev Neurol 2012;54 (Supl. 1):S89-S93.
2) Goker Z, Yilmaz A, Eraslan AN, Sivri RC, Aydin R. Seizures in children with epilepsy and attention-deficit/hyperactivity disorder. Pediatr Int. 2019 Oct;61(10):1043-1047.
3) Brikell I, Ghirardi L, D’Onofrio BM, Dunn DW, Almqvist C, Dalsgaard S, Kuja-Halkola R, Larsson H. Familial Liability to Epilepsy and Attention-Deficit/Hyperactivity Disorder: A Nationwide Cohort Study. Biol Psychiatry. 2018 Jan 15;83(2):173-180.
4) Vidaurre J, Twanow JDE. Attention Deficit Hyperactivity Disorder and Associated Cognitive Dysfunction in Pediatric Epilepsy. Semin Pediatr Neurol. 2017 Nov;24(4):282-291.
5) Ekinci O, Okuyaz Ç, Erdoğan S, Gunes S, Ekinci N, Kalınlı M, Teke H, Direk MÇ. Attention-Deficit Hyperactivity Disorder (ADHD) in Epilepsy and Primary ADHD: Differences in Symptom Dimensions and Quality of Life. J Child Neurol. 2017 Dec;32(14):1083-1091.
6) Williams AE, Giust JM, Kronenberger WG, Dunn DW. Epilepsy and attention-deficit hyperactivity disorder: links, risks, and challenges. Neuropsychiatr Dis Treat. 2016 Feb 9;12:287-96.
7) Bădescu GM, Fîlfan M, Sandu RE, Surugiu R, Ciobanu O, Popa-Wagner A. Molecular mechanisms underlying neurodevelopmental disorders, ADHD and autism. Rom J Morphol Embryol. 2016;57(2):361-6.
8) Neto FK, Noschang R, Nunes ML. The relationship between epilepsy, sleep disorders, and attention deficit hyperactivity disorder (ADHD) in children: A review of the literature. Sleep Sci. 2016;9(3):158–163.
9) Brown MG, Becker DA, Pollard JR, Anderson CT. The diagnosis and treatment of attention deficit hyperactivity disorder in patients with epilepsy. Curr Neurol Neurosci Rep. 2013 Jun;13(6):351.
10) Wang M, Zhao Q, Kang H, Zhu S. Attention deficit hyperactivity disorder (ADHD) in children with epilepsy. Ir J Med Sci. 2019 Jun;11:1-9.
11) Neurodevelopmental Team, East London Foundation NHS Trust, Family Consultation Clinic, Bedford, UK. Epilepsy in patients with autism: links, risks and treatment challenges. Neuropsychiatr Dis Treat. 2017 Dec 18;14:1-10.