En la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) el puesto de mayor responsabilidad y relevancia después de la Rectoría es la Secretaría General, por lo que la compensación económica es acorde al nivel de responsabilidad y funciones encomendadas a dicho cargo, debiendo percibir una remuneración igual a la de las otras Direcciones Generales universitarias.
Hoy, la Secretaría General de la UADY es ocupada dignamente por una mujer ( la primera en un siglo), lo inexplicable es que la administración haya decidido disminuir la compensación a la actual Secretaria General, siendo la única funcionaria que percibe un monto menor al de otros Directores Generales. Son muchas las posibles causas y sería aventurado expresar que esa diferencia se deba al simple hecho de ser mujer, pero el hecho “per se” es injustificable; por una parte nos queda la duda de quién tomó esa decisión a todas luces machista-patriarcal y por otro lado ¿cuales fueron las razones que obligaron a la funcionaria a aceptar tan denigrante propuesta misógina, sin levantar la voz ni denunciar la discriminación?.
Como ejercicio metacognitivo podemos sugerir algunas probables respuestas completamente hipotéticas de esta desigualdad: A) La austeridad lleva a tomar una decisión misógina sin medir las repercusiones sociales de la misma. B) Tal vez se le encomiendan menos funciones administrativas, derivado de la premisa machista de que por ser mujer no podría manejar las mismas responsabilidades que sus antecesores; por último y la menos factible, C) Encumbrar su imagen y financiar un arreglo pactado a futuro para una rimbombante candidatura Femenina a la Rectoría. De nuevo la víctima de menosprecio, discriminación y desigualdad es una mujer universitaria de reconocidas capacidad y preparación.
Por otra parte y en el mismo sentido de utilizar a la mujer, ahora como objeto agresivo, hoy vemos con tristeza en las redes sociales a compañeros, alumnos, maestros, directivos entre otros, acusados por jóvenes universitarias: de violencia política en razón de género, acoso laboral y más, con base en percepciones y preocupaciones subjetivas sin fundamento veraz, muchos de estos señalamientos feministas tienen móviles claramente políticos y son acusados por “Hombres” que utilizan a estas jóvenes universitarias para golpear y descalificar adversarios, sin percatarse éstas de que están siendo manejadas y expuestas, violentando así la dignidad y respeto que se merecen.
Algunos ejemplos de esta actitud machista manipuladora en contra de jóvenes universitarias son las recientes elecciones para Presidencia de Sociedad de alumnos de la Prepa 1 y la Facultad de Odontología, en las cuales el voto favoreció a dos alumnas respectivamente y por diversas impugnaciones evidentemente parciales y prefabricadas, fueron privadas de presidir las Sociedades de alumnos y alumnas en sus particulares dependencias; tristemente los ganadores fueron Varones apoyados por mujeres (promotoras de un protocolo de género) utilizadas como títeres hostiles por “Hombres”, incluyendo entre estos a autoridades universitarias. Lo más preocupante es que las jóvenes líderes feministas no se han dado cuenta de que son víctimas de manipulación por parte de intereses patriarcal, manipulación emanada de personas que a sus espaldas desacreditan sus propuestas (Protocolo) y bloquean las acciones pro igualdad y no discriminación.
Sería deseable que las mal asesoradas jóvenes universitarias que hoy lideran esta ola de denuncias y apoyos feministas se cuestionan ¿quién o quiénes salen beneficiados con estas denuncias?, tristemente no se ve a ninguna mujer favorecida, por el contrario los favorecidos son algunos hombres con un historial cuestionable en razón de género: los mismos que las han atosigado y hoy ofenden a una Secretaria General con una compensación menor a la de sus compañeros de igual nivel.
Adjunto están los documentos en los que se observa que al asumir el puesto una mujer en la secretaría general, se reduce la percepción recibida.