Colaboración: José Fausto Rodríguez Candia
Locutor y Productor de Grupo Fórmula Monterrey.
Amigos de Senderos del Mayab, les saludo desde la ciudad de las montañas y del calor en otoño, y tal como lo hacemos desde el 16 de marzo, desde su casa. Aunque poco a poco tratamos de adaptarnos a esta nueva manera de vivir, donde desaparecieron los saludos con un fuerte apretón de manos y los abrazos, ya lo dijo una vez Yuri “Siempre vendrán tiempos Mejores “
Lo que hace singular a la lucha libre mexicana es la técnica y el folklore del país. Comics, el cine de luchadores, muñecos y máscaras ayudaron a difundir y fortalecer este deporte tan peculiar en su versión mexicana.
El luchador–actor que retrata perfectamente esta escena fue El Santo, El enmascarado de Plata, que, gracias a las cintas, al comic y a la televisión se convirtió en una figura de culto;
Y es precisamente de lo que les quiero hoy contar la historia de los juguetes de lucha libre, aunque en mis tiempos eran mucho más emocionantes los juguetes relacionados a la lucha libre.
Desde la década de los años 50 se fabrican estos luchadores de plástico
La importancia de la lucha libre derivó en la fabricación de los populares luchadores de plástico, entre otros artículos, muñecos que a pesar de estar realizados con un mismo molde nunca han sido idénticos, las rebabas, la forma en que son pintados, entre otros detalles han hecho que cada muñeco sea único, lo que los convierte en piezas de colección.
En la década de los sesenta los muñecos que fabricaban tenían un tamaño de 14 centímetros aproximadamente, además de que la marca del molde quedaba en la parte trasera del muñeco, los muñecos podían ser fabricados en dos poses, la primera y que ha sobrevivido hasta nuestros días, es la de la mano izquierda levantada y la derecha abajo, esta posición del muñeco se debe a la pose que realizó El Santo para la revista Box y Lucha entre la década de los cincuenta y sesenta, la otra pose era con los dos brazos levantados, esta pose corresponde al luchador Blue Demon la cual poco a poco ha ido desapareciendo.
Los cambios que ha sufrido el muñeco son mínimos, en las décadas de los setentas, ochentas y noventas, el muñeco media 10 centímetros y la marca del molde pasó a estar en la cabeza, como en todos los casos hay muñecos que destacan del resto, en este periodo encontramos a un muñeco de El Santo que no está en la posición habitual, éste tiene las dos manos a la altura de la cabeza y el pie izquierdo esta adelante, además de que su máscara tiene marcas de telaraña; otro muñeco es un luchador que está pintado como el hombre araña.
El luchador de plástico actual tiene un tamaño de 8.5 centímetros aproximadamente, con la clásica pose de El Santo, algunos todavía conservan la capa hecha de bolsa de plástico, y mantiene la marca del molde en la parte superior de la cabeza.
Una microempresa radicada en Iztapalapa desde 1977, mismo año en que empezaron a producir los luchadores de plástico. Ellos indirectamente dan empleo a 30 familias de Chalco, Nezahualcóyotl, el mismo Iztapalapa y las delegaciones Cuauhtémoc, las cuales les compran estos muñecos por millar y sin pintar para así decorarlos ellos mismos, empaquetarlos y venderlos según el precio que más le convenga.
El material con el que son reproducidos es polietileno reciclado de cubetas, autopartes como manijas o tableros, e incluso de otros juguetes destrozados que caen en la basura.
Todos estos plásticos son molidos hasta quedar reducido a polvo, el cual se introduce en una máquina inyectora que será la que dispare esta materia prima hacia los moldes que tienen la forma de los conocidos luchadores.
El proceso de pintado es tan importante como el de la creación de cada pieza. Y es que, de acuerdo con Jesús Cruz Santiago, parte de a la familia de Plásticos Victoria, es que los niños y los adultos compran estos juguetes debido a su colorido.
“Lo que el cliente busca es a El Santo en las bolsitas, a la Parka, a Octagón, ya casi no hacemos estas figuras para no tener problemas así que pintamos varios luchadores más de diseños propios”, señala Jesús.
Sin embargo, lo que es una realidad es que la figura sigue siendo la misma desde 1955, es decir el luchador con la mano izquierda arriba y la derecha abajo, como preparándose para el combate.
Ningún luchador de plástico es igual a otro a pesar de que así lo parezca. Las rebabas, la forma en que son pintados, algunos detalles los hacen únicos y por consiguiente coleccionables.
Pero detrás de estos enmascarados de plástico duro existe un misterio: nadie sabe con precisión por quiénes son hechos, sus fabricantes permanecen como héroes anónimos de la tradición juguetera mexicana y de la pasión por la lucha libre proveniente de la segunda mitad del siglo pasado.
¿De dónde vienen los luchadores?
Estos luchadores son hechos básicamente en pequeños talleres casi caseros de cuatro localidades: Nezahualcóyotl y Chalco, en el estado de México e Iztapalapa y la Venustiano Carranza, en la Ciudad de Mexico
La razón por la que todos se venden bajo la marca SUPER LUCHAMANIA, explica, es porque todos los fabricantes de este juguete sean de donde sean, compran por kilo y en el mismo lugar los cartones con la leyenda SUPER LUCHAMANIA, mismos que son engrapados a las bolsas de plástico cristal que contienen hasta 20 piezas.
Asi nacieron los legendarios luchadores
Aunque detrás de estos moldes existe otra pregunta: ¿Qué definió la postura con la que todos conocemos al luchador de plástico? Es decir, la mano izquierda levantada y la mano derecha abajo.
“La figura de Blue Demon era más musculosa, porque Blue Demon era más musculoso que El Santo, la figura de Blue Demon además tenía ambos brazos levantados”.
Sin embargo, la figura de Blue Demon desapareció, actualmente ninguno de los fabricantes la reproduce, la figura del Enmascarado de Plata se impuso, continúa imponiéndose hasta la fecha.
Las ciudades donde más se comercializan estos luchadores son Tijuana, Ciudad Juárez Chihuahua y parte de Cancún.
Así que ya saben la próxima vez que vean un muñeco de luchador, ese juguete tiene mas de 50 años haciendo felices a niños y Adultos, por cierto, yo tengo los míos para jugar debes en cuando,
Porque algo que nunca debemos de perder es el alma de niño.
Les mando un fuerte abrazo de luchador, y nos vemos en la próxima donde encontraremos más anécdotas del deporte de las dos L la lucha libre.