- • Es una puesta en escena de la actriz Viridiana Meléndez Sánchez
- • Tiene el propósito de reivindicar a las personas de la tercera edad
Como parte del programa Miércoles Cultural San Lázaro se presentó en la Cámara de Diputados el monólogo “Como me ves, te verás”, interpretado por su autora, la actriz Viridiana Meléndez Sánchez, acompañada de la violinista Margarita Blanco; el propósito es reivindicar a las personas de la tercera edad.
La Biblioteca Legislativa fue el escenario para esta puesta en escena en modalidad presencial; también se transmitió a través de las redes sociales de la Cámara de Diputados y del Espacio Cultural San Lázaro.
Verónica Escobar Grajeda, subdirectora del Espacio Cultural San Lázaro, dio la bienvenida para disfrutar de esta escenificación teatral.
La actriz Meléndez Sánchez explicó que la inspiración para escribir el monólogo “Como me ves, te verás”, surgió a partir de observar las maneras en que la sociedad menosprecia a las personas de la tercera edad, ya que sus familias, en muchos casos, no les dan atención ni las apoyan.
“El objetivo es que reflexionemos, tanto niños como adultos, hacia ellos. Esta interpretación es para que la gente sienta algo, se conmueva, piense y comprenda cómo fue y es la vida de las personas de la tercera edad. Es una semilla que dejo con la actuación”, afirmó.
Consideró que a nuestra sociedad le falta mucho para entender las necesidades de las personas de la tercera edad y ser más humanos. Es necesario enseñar a respetar y sentir estima por esta población, porque todos vamos a llegar a esa edad y como los vemos ahora, así nos veremos todos.
El monólogo escrito en 2020 por Meléndez Sánchez tiene un rasgo distintivo: interactuar con el público a través de preguntas, a fin de que se integre y forme parte de la obra.
El monólogo narra la vida de Cletita, como niña, mujer y anciana. Nació en 1935 y comparte sus vivencias. Rememora su infancia, en especial, cuando jugaba con el “titipuchal” de sus hermanos en la calle con la cuerda de saltar, correr, subir a los árboles, enlodarse y las curaciones estomacales con el ungüento de “pan puerco”.
A cada etapa de sus recuerdos Cletita le designa un peculiar y coloquial nombre. Al encuentro con su primer novio, Manuelito, lo denomina “ceguetud”; su casamiento con Abelardo: “ya me fregué”; la muerte de su esposo, “tomando el toro por los cuernos”, porque, según el relato, trabajó para sacar adelante a “tres escuincles”.
Presentó a su perro Caiser, regalo de sus hijos, convertido en amigo y compañero ante la soledad. También expresó su miedo a perderse en sí misma y no poderse encontrar en un mundo que normaliza todo lo atroz, la violencia e injusticias, donde no son bien vistas las personas adultas mayores.