Rinden en la Plaza Grande de Mérida tributo a destacadas figuras del arte y la política

Cultura

Especial/ Crónica

  • Más de 60 altares con elementos ancestrales mayas recibieron a cientos de visitantes entre solemnidad la convivencia social.

Por Jesús Mejía

Mérida, 28 octubre de 2025.- En un ambiente de solemnidad y culto a los difuntos que se convirtió en verbena y convivencia popular, la Plaza Grande de esta ciudad albergó a 63 altares de estilo tradicional que rindieron tributo a familiares y personajes de la historia del país y del mundo con elementos ancestrales de la cultura maya.

Centenares de personas acudieron a la muestra de ofrendas en el principal centro de reunión de esta ciudad, instalada en ocasión de los próximos días de los Fieles Difuntos, una conmemoración que lejos de perderse en el tiempo, cobra efervescencia y vigencia en esta región de la nación mexicana.

En Mérida, donde más del 50 por ciento de la población es mayahablante, la ciudad proyecta también la multiculturalidad que distingue a México mediante los altares instalados por habitantes de la más de la mitad de los 106 municipios del estado, así como por instituciones y dependencias gubernamentales.

Con sus tradicionales hipiles, ternos y rebozos, así como sus coloridos tocados de flores, las mestizas y en general las damas meridanas participantes vistieron sus mejores galas para ofrecer las ofrendas no sólo a los que ya partieron a la eternidad, sino para compartir los alimentos típicos, frutas y postres a quienes acudieron a presenciar la muestra.

Las figuras públicas ya desaparecidas fueron recordadas en medio de veladoras, flores de cempasúchil, cruces verdes mayas y del sahumerio como el apóstol de los indios y gobernador socialista Felipe Carrillo Puerto y su hermana Elvia, además de la economista, profesora y activista Ifigenia Martínez.

La ofrenda de la Secretaría de Mujeres dio espacio entre otras distinguidas luchadoras sociales a las fotografías de tres víctimas de la dictadura del dominicano Leónidas Trujillo, Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, asesinadas el 25 de noviembre de 1960, fecha en que se instituyó el Día Internacional de la Erradicación de la Violencia contra la Mujer.

Entre hojas de henequén, mazorcas, dulce de cacahuate, flores de nube y Pata de León, también mostraron los retratos de Rosa Torre, Rita Cetina, Elvia Carrillo Puerto y Felipa Poot, insignes damas que impulsaron los derechos de género y de participación política.

Integrantes del Instituto para la Inclusión de las Personas con Discapacidad de Yucatán explicaron también con lenguaje de señas a funcionarios la trascendencia de personalidades ya desaparecidas y que, pese a su discapacidad, dejaron su impronta para la posteridad.

La tradición de los altares en Yucatán dio espacio a grandes figuras de las artes y las ciencias al mostrar la imagen del compositor alemán Ludwig van Beethoven, cuya sordera no le impidió crear su grandiosa Novena Sinfonía, o la de la estadounidense Hellen Adams Killer, quien, aunque ciega y sorda, viajó por todo el mundo para mejorar la educación y la vida de las personas con discapacidad.

En lo que constituyó una de las ofrendas más visitadas de la muestra, también fueron recordados otras figuras mexicanas que trascendieron en el tiempo pese a su discapacidad, la pintora mexicana Frida Kahlo, el político y escritor Gilberto Rincón Gallardo y el pionero en educación especial, Santiago Navarro.

Del municipio de Kopomá resaltó un altar que en vez de papel picado o telas colocó hojas de plátano para ofreceré a sus muertos tamales colados y horneados, el tradicional pib, un plato de escabeche, tostada y recipientes de calabaza con pozol, un conjunto que respeta la tradición, explicó Carolina Alonso.

Ríos humanos se congregaron en torno de algunos altares como los de Izamal, Tizimín, Ticul y Tekantó que ofrecieron, ya en la parte de convivencia, tamales, tacos de cochinita y de escabeche, así como dulces de camote, calabaza, yuca, cocoyol, macay y la arraiga ensalada maya de fruta llamada “Xec”.

Entre los personajes del inframundo – llamado “Xibalbá” entre los pueblos originarios-, llamó la atención de la dama de la Secretaría de Pesca que portaba como un tocado un gigantesco sombrero con una embarcación pesquera pletórica de esqueletos y calacas, con un ramo de cempasúchil en sus brazos.

También en el altar del Ayuntamiento de Mérida atrajo las miradas una mujer calaca en su peculiar batea o lavadero, así como ánimas de custodiaban la muestra que fue montada para honrar y recibir a los muertos a partir de la madrugada de este 1 de noviembre.

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