· ANPEC reporta una variación de precios al alza de hasta un 59.09%.
· En el país se confirma una inflación de 6%, la más alta en los últimos 17 meses, mientras que la inflación no subyacente está por encima del 10%, pronosticando así mayor inflación para el 2022 y 2023.
· El Juego del Calamar Inflacionario es el que viven las familias mexicanas al reducir y abaratar su alimentación y así elevar su capacidad para aguantar el hambre a niveles infrahumanos.
CDMX a 14 de octubre del 2021.- La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC), como mes a mes lo hace, reporta la variación de precios del 15 de septiembre al 15 de octubre de los productos esenciales de la canasta básica prevalecientes en el mercado nacional, la cual registró un alza en: cebolla (59.09%); papa (40%); jitomate (33.33%); tomate (20%); arroz (18.75%); frijol (16.67%); aguacate (16%); limón (14.29%); azúcar (12%); aceite (8.11%); café soluble (8.25%), entre otros.
Los consumidores enfrentamos una escalada inflacionaria extendida prácticamente a todos los productos de primera necesidad. El Banco de México confirmó una inflación de 6%, la más alta en los últimos 17 meses, con una inflación no subyacente, aquella que tiene que ver con los precios de los alimentos y el costo de los servicios, por encima de un 10% promedio. Estas cifras dan cuenta de la adversidad que atraviesan miles de hogares mexicanos en su lucha por garantizar el diario alimenticio que demanda su manutención.
“Pareciera que la realidad que vive la población supera a la ficción. El Juego del Calamar Inflacionario que vive la mayoría de los mexicanos consiste en una cancelación constante y sucesiva de consumos por insolvencia; un juego de sustitución y abaratamiento en su ingesta. Las amas de casa son las responsables por excelencia de garantizar el abasto familiar, por lo que están sometidas a una presión inaudita, a una misión imposible al pretender conciliar sus reducidos ingresos y escaso poder de compra con lo encarecido de la canasta”, comentó Cuauhtémoc Rivera, presidente de ANPEC.
El Juego del Calamar Inflacionario que juegan la mayoría de los mexicanos deja a la trama de la serie televisiva que plantea la purga poblacional de los marginados surcoreanos, ahora sí, como un juego de niños, ya que la realidad atroz que se vive en los barrios populares de nuestras metrópolis rebasa por mucho lo dantesco de esta serie.
“Las amas de casa deben pasar verdaderas peripecias y malabares para conseguir abastecer de alimento a sus familias. Dejan de comprar frutas y verduras frescas por maduras, dicen adiós a las marcas de preferencia por productos o mercancías genéricas y/o a granel, se privan de carnes y embutidos. En fin, racionan las viandas del diario y endurecen las visitas al refrigerador; rosario de medidas draconianas, dolorosas en su diario vivir, simple y llanamente se aprietan cada vez más el cinturón y se amarran las tripas, jugando el juego más contranatura que existe: enseñarse a sobrevivir con hambre”, complementó Rivera.
Para colmo de males, las perspectivas de recuperación cada vez son más grises, el encarecimiento del gas LP y natural, gasolinas y diésel; energía eléctrica; la prolongada sequía; los desastres naturales; la inseguridad y la violencia; el riesgo y temor a una 4ª ola Covid en el inverno; la desaceleración de la industria automotriz y manufacturera por falta de chips; entre otros males, decantan un entorno de pronóstico negativo que exige que todos los mexicanos nos agarremos de las manos para recuperar el aliento y la confianza en nosotros mismos, tener la convicción necesaria de que lograremos salir de este escoyo en el que nos encontramos atrapados.
Lo de ahora es una verdadera tarea de resistencia nacional, un consenso resiliente por un mejor mañana: gobierno, empresas y sociedad al unísono por un México de pie, trabajando seguros por garantizar un futuro de oportunidades para las nuevas generaciones.
El epílogo de El Juego del Calamar Inflacionario mexicano debe ser como el del ave fénix que resurgió desde sus cenizas.
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