El norte de Finlandia en invierno, hogar de la aurora boreal

Internacional

Ver alguna vez la aurora boreal es el sueño de muchas personas. Las posibilidades de lograrlo son especialmente buenas en el norte de Finlandia en invierno. Cuando se regresa de un viaje a esas latitudes, lo más probable es que a uno le pregunten más de una vez: «¿Pudiste verla?».

Alguien que sabe bien cómo detectarla es Thomas Kast. Desde hace años, este alemán de 45 años que vive en Finlandia sale a cazar con un objetivo y un trípode este juego de luces en el cielo. A veces también lo hace acompañado de turistas.

Esta noche, sin embargo, las cosas se quedan en el plano teórico. Porque en la soledad invernal que reina fuera del hotel ubicado a unos 140 kilómetros de Oulu nieva con fuerza y, así, las posibilidades de ver la aurora boreal son nulas, según explica Kast.

«La aurora se produce cuando el sol eyecta partículas cargadas al espacio que son rechazadas por la magnetósfera de la Tierra y lanzadas hacia los polos», indica. Una vez que estas partículas ingresan en la atmósfera terrestre superior, hacen que moléculas de aire brillen. «De esta forma se crea el espectáculo de luces más bonito del mundo», afirma.

El mito de los zorros polares que lanzan destellos​

Kast dice que la aurora polar no está del todo estudiada. En cambio, los finlandeses tienen una justificación mucho más simple para la aparición de la aurora boreal: se trata de un zorro polar que barre la nieve con su cola, generando chispas que llegan al cielo. Este fuego zorrino es llamado «revontulet» en el país. Pero tampoco puede ser programado.

No hay problema, ya que el invierno finlandés ofrece también otras opciones. En muchos lugares se puede viajar por la nieve en un trineo tirado por perros husky. También se ofrecen caminatas por la nieve con raquetas, escaladas en el hielo, natación en el hielo o patinaje sobre hielo.

Otro divertimento típico son las motos de nieve, que sirven a muchos finlandeses como medio de transporte en invierno más allá de las carreteras. Desde el hotel de Iso-Syöte nos dirigimos al campamento de una familia de pastores de renos. Para que los participantes de la excursión no se caigan congelados de la moto, se les da antes monos térmicos y zapatos abrigados de invierno en el hotel.

Al llegar, el criador de renos Esa Ukonmaanaho brinda una charla introductoria frente a una chimenea en una cabaña de madera. En Laponia, los renos están por todos lados. En los bosques, en las praderas. «En Laponia hay más renos que personas», dice Esa.

Se estima que hay 200.000 animales y 185.000 personas. Los mamíferos se mueven sin cercas ni vallas por el paisaje solitario. Sin embargo, tienen dueño, lo que es posible reconocer por unas marcas en las orejas.

De diciembre a enero solo hay cuatro horas de luz

«Dos veces al año se reúne a la manada», explica Esa. En verano, para marcar a los terneros cuando aún están con sus madres, y en otoño, para seleccionar los animales que serán sacrificados.

La cacería de auroras boreales continúa más al norte en el círculo polar, cerca de Rovaniemi, la capital de Laponia. Allí hay entre diciembre y enero apenas cuatro horas de luz al día. Es decir que hay bastante oscuridad como para poder ver una aurora boreal. Pero el cielo está cubierto.

Afortunadamente, los viajes en trineos tirados por perros son una posibilidad más independiente del mal tiempo. No hay que temerles a los animales, que saltan ladrando ansiosos por la perspectiva de moverse antes de la partida. 

A los paseos en trineo hay que acostumbrarse 

Una persona se sienta en el trineo, la otra se coloca de pie por detrás. Solo el pasajero que queda de pie, llamado «musher», puede accionar el freno con un pisotón enérgico.

Una pequeña pirueta y un giro equivocado después, la cosa empieza a ser divertida. Solo que los perros tienen muchos gases y el viento hace que las flatulencias lleguen hasta el trineo. Por suerte, hay suficiente aire fresco.

La última noche ofrece un cielo lleno de estrellas. Hace 30 grados bajo cero. El silencio es absoluto durante un paseo bordeando el bosque. Con estas temperaturas, ningún animal gasta energía en movimientos innecesarios o vuelos inútiles. De a poco, el frío se cuela hasta el tuétano. ¿Hora de regresar al cuarto de hotel?

Pero entonces sucede: el cielo nocturno ofrece un final feliz centelleante. La autora boreal que aparece en el horizonte y se extiende lentamente por el cielo es entre gris y verdosa. De alguna forma, es indescriptible. La gran pregunta que espera en casa finalmente podrá ser respondida: «¡Sí, la vi!».

Información:

Norte de Finlandia: Hay vuelos de Finnair a Oulu o Rovaniemi.

Ingreso: Pueden entrar a Finlandia las personas con el esquema de vacunación completo y también las que se hayan recuperado de covid-19. Asimismo hay que presentar un test negativo que no tenga más de 48 horas. Se aceptan tanto test de antígenos como PCR.

Alojamiento: En Iso-Syöte hay varios hoteles, aunque la oferta en Rovaniemi es mayor. En Rovaniemi también hay distintos hoteles emplazados en la naturaleza que permiten pasar la noche en iglús de vidrio al aire libre, cabañas de hielo o cabañas similares a nidos entre árboles en el bosque.

Informaciones: Visit Finland (Dirección: P.O. Box 625, Porkkalankatu 1, 00180 Helsinki, Teléfono: +358 29 46951, Web: www.visitfinland.com)

dpa / FUENTE: INFOBAE

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