Colaboración: Ranita, Margarita Atrevida Robleda
Doctora en Cosquillas Verbales y Besos de Rana.
A dar la batalla
Transformemos el reto que el 2020, nos presenta en el curso escolar
Hace un tiempo descubrí que parte de mi vocación era ser traductora de sentimientos. Ponerle palabra a eso que se atora por dentro y duele, pesa, nos amarra. Es parte de lo que hacemos los trovadores y poetas, los escritores.
Hoy es el día D para muchos de ustedes, nombre que se le dio a la fecha que inicio el ataque final para terminar la Segunda Guerra mundial.
Sentimientos como el miedo, enojo, hartazgo, desgaste, angustia, inseguridad, desconfianza, desesperanza… nos envuelven. ¿Quién se robo el verano? ¿El festejo de mi cumpleaños? ¿Mi zona de confort, donde tranquilamente hacia tiempo, con todo bajo control, rumbo a mi jubilación?
Ahora es el momento clave para mirar dentro de nosotros y agarrarnos con fuerza de lo que nos trajo hasta aquí: la vocación. ¿Por qué estudiamos para maestros? Si bien es cierto que muchos lo hicieron con el deseo de transformar el mundo a través de tocar las vidas de los alumnos y sus familias, habrá algunos que lo hicieron porque eso era su única opción de trabajo seguro, por las vacaciones, por… tantas otras cosas que en su momento parecieron ser la solución a lo que retos que enfrentaban.
No importa. Independientemente de las razones quiero invitarlos a retomar la vocación como la mejor posibilidad de darle sentido a nuestra vida. Con ella, transformamos la realidad. Esa realidad que nos atropella a través de gobernantes que buscan únicamente su interés, de comerciantes que abusan, de servidores públicos que no sirven para servir. Uno solo de nuestros niños puede ser el líder que estamos esperando.
Quiero que sepan que estamos contando con ustedes, que traduzco el sentir de la sociedad para rogarles que no vean el ejercicio de su vocación como un simple oficio para hacer tiempo, que se crezcan y comprometan con el objetivo de transformar el mundo, de no pasar en vano por las vidas de nuestros niños; que estamos poniendo en sus manos, no solo la confianza y la esperanza, sino a nuestros tesoros, los mejores frutos de nuestras vidas, nuestros legados.
Sabemos que la situación no es fácil. Que muchos de nosotros no tenemos experiencia tecnológica, que no poseemos aparatos adecuados, que no nos gusta salir en imagen, que nos da miedo exponernos al ojo ajeno, a la crítica, al juicio. Todo eso es una realidad.
Pero también lo es la herencia cultural con la que contamos. Como cuando Gonzalo Guerrero preparo a los mayas sobre la llegada de los españoles y en Champotón, el cacique Mosh Cohuó, animado con estas estrategias, logró el primer triunfo de los nativos en América Latina, frente a los Invasores que bautizaron el día como la “Bahía de la mala pelea”.
Venceremos al enemigo, tenemos con qué. Las cosas no saldrán como nos gustaría, pero serán lo mejor de lo que somos capaces.
Este es el momento para unir fuerzas: autoridades, padres de familia, creadores y maestros en beneficio de nuestros niños y jóvenes para sobrevivir el año con las herramientas con las que contamos y las que podemos inventar.
Transformemos el reto que el 2020 nos presenta en el curso escolar de la muy buena pelea.
margarita_robleda@yahoo.com