Las enfermedades cerebrales son la primera causa de discapacidad y según la Organización Mundial de la Salud, es una de las principales causas de mortalidad en el mundo. En México y de acuerdo con la Secretaría de Salud, cada año se registran 170 mil infartos cerebrales, en gran parte gracias al tabaquismo.
El principal riesgo en estos casos, señaló Antonio González Guardado, especialista en neurología, es la Enfermedad Vascular Cerebral que provocan las hemorragias cerebrales y es la tercera causa de mortalidad: la primera son los infartos del miocardio, la segunda es el cáncer y la tercera son problemas en el sistema nervioso.
Enfermedades que afectan más a las mujeres que a los hombres y “de acuerdo a una estadística no actualizada, tenemos aproximadamente en el estado a 10 mil personas afectadas por el Alzheimer, en Parkinson ocho mil, Enfermedad Vascular Cerebral seis mil y por esclerosis múltiple alrededor de 500. Padecimientos que habrán de aumentar en un 5% cada cinco años conforme avance el envejecimiento de la población”.
En orden de peligrosidad, señaló González Guardado, los primeros son los infartos cerebrales, le sigue el Parkinson, la esclerosis múltiple, la epilepsia, la demencia, y en este último caso hay una amplia variedad de trastornos mentales siendo la que encabeza la lista el Alzheimer, las otras son la encefalitis, la migraña y las neurodegenerativas.
Estas enfermedades, indicó, “se presentan generalmente después de los 50 años de edad, que es cuando comienzan a parecer todas las enfermedades degenerativas que inician con el envejecimiento, en el caso de personas jóvenes esto se puede presentar por el uso de drogas, sobre todo en está época el cristal y las metanfetaminas en general, que son las que destruyen el cerebro”.
El alcohol, comentó, también contribuye impidiendo el pensamiento racional y la capacidad de conservar recuerdos y por provocar la encefalopatía de Wernicke, padecimiento que provoca confusión, perdida de la coordinación muscular, movimiento involuntario de los ojos o parálisis ocular, sensación de hormigueo y de sensibilidad en las extremidades, además de pensamientos irreales.
Por su parte, Carolina Bernal López, especialista en gerontología indicó que mantener sano el cerebro implica no sólo prevenir la aparición de enfermedades, sino generar bienestar, calidad de vida y prepararse para un envejecimiento saludable mediante una alimentación adecuada y equilibrada, hacer ejercicio físico y fomentar las relaciones sociales.
Fuente: El Sol del Centro