Los avances tecnológicos están revolucionando todos los sectores profesionales, en mayor o menor medida. El sector bancario, destinado, entre otras actividades a la gestión de préstamos, también atraviesa un momento de grandes cambios, a consecuencia de los avances tecnológicos y de la poderosa emergencia de nuevos actores. Los usuarios cuentan con ventajas y desventajas en este proceso de continuos cambios del sector. Las ventajas se encuentran a la hora de hacer gestiones bancarias habituales, por ejemplo, o en el momento de gestionar un préstamo; las contrariedades vienen quizá por esas famosas comisiones, pero, a buen seguro que el usuario está pensando en qué puede usar un minipréstamo.
El tópico está en auge. La ciencia avanza una barbaridad. Es una obviedad. Estos avances puedes aplicarse a los innumerables desarrollos tecnológicos en los que todos estamos inmersos, y esto también afecta a sectores tan tradicionales como las entidades bancarias. El habitual banco de siempre está obsoleto. Ahora, hay empresas que ofrecen trámites bancarios sin ni siquiera estar orientadas, en su creación, a la gestión de cuestiones monetarias. Son los nuevos competidores de las grandes entidades.
Los usuarios, asimismo, cobran un importante protagonismo, puesto que ya no necesitan acudir a las sucursales para realizar trámites, y no sólo ya con estos bancos tradicionales, sino con esas otras empresas que también actúan en el sector. En definitiva, todos los consumidores encuentran un valor suplementario a la hora de encontrar financiación, como sucede con los minipréstamos, los cuales también afectan a pymes y empresas, que también quedan englobados en esta nueva gestión bancaria.
Un dinero rápido, sin grandes gestiones
Si nos circunscribimos a los minipréstamos, los usuarios cuentan con un mayor número de opciones a la hora de solicitarlos; asimismo, a través de las páginas corporativas de las entidades, está disponible toda la información; y una vez decantado por unos determinados minipréstamos, las nuevas tecnologías aceleran la gestión de los engorrosos trámites burocráticos, tanto de documentación como de cualquiera otra gestión que se requiera durante el proceso.
Esta gestión de los minipréstamos se puede extrapolar a cualquier otro trámite, pues, incluso, hay opción a realizar firmas electrónicas, que sería el último paso necesario antes de contar con este dinero. Este tipo de préstamos se suelen solicitar cuando se necesita dinero de manera urgente, pero en pequeñas cantidades, como para comprar una televisión o abonar unas reformas en casa, por ejemplo. Son minipréstamos desde los 500 a 6.000 euros, más o menos. Normalmente, los requisitos suelen ser menos exigentes en comparación a otra serie de préstamos. Dependiendo de cada entidad o empresa, puede haber más o menos gestiones, aunque normalmente todo se reduce a presentar una documentación sencilla (nómina, fundamentalmente) y responder a una serie de preguntas. De igual manera, el dinero llega directamente a la cuenta del usuario, siempre y cuando sea aprobado el minipréstamo. Posteriormente, habrá que devolverlo, como sucede con estos trámites bancarios y ser conscientes que este tipo de dinero ágil conlleva el pago de unos determinados intereses, y que deberán ser objeto de estudio antes de la firma del mismo, ya que no todas las entidades o empresas que ofrecen estos servicios cuentan con el mismo interés de devolución del importe solicitado por el cliente.
Fuente: Noticias de la Ciencia