- La resiliencia en la urbanidad debe tener la capacidad de sobrevivir, adaptarse y mantener el bienestar bajo cualquier tipo de impacto.
- Las ciudades resilientes están mejor preparadas para proteger y mejorar la vida de sus habitantes, para asegurar avances en el desarrollo.
Mérida, Yucatána noviembre de 2020.- En la planeación del Tren Maya se debe propiciar el ordenamiento urbano, bien gestionado como subcentro o centro de vida urbana con calidad, que contribuya a reducir el rezago regional y local, detalló el doctor Annoldo Matus Kramer, especialista con más de 20 años de experiencia en temas de cambio climático.
“Un buen desarrollo territorial se puede planear para que se tengan mejores servicios públicos básicos, así como la planeación de movilidad con mayor interconexión que generaría una mayor equidad social”, indicó.
Con un doctorado en la Universidad de Oxford en Geografía y Medio Ambiente, el Dr. Annoldo explicó que la resiliencia en la urbanidad debe tener la capacidad de sobrevivir, adaptarse y mantener el bienestar bajo cualquier tipo de impacto o tensión crónica que experimente una ciudad, y dentro de la misma, las comunidades humanas y los sistemas urbanos de manera prioritaria.
Destacó como ejemplo, catástrofes como terremotos, huracanes, inundaciones, pandemias, entre otros, que actualmente están impactando a todo el mundo, por lo que resaltó la importancia de crear diseños multifuncionales de infraestructura que atiendan las necesidades de impacto en las zonas urbanas que así lo requieran, facilitando la integración de elementos de resiliencia climática a esta infraestructura, identificando cómo se podrían visualizar.
Derivado de lo anterior, enfatizó que es de reconocerse que en ese sentido, el proyecto del Tren Maya tenga como prioridad dar paso a la creación de Comunidades Sustentables, la protección al medio ambiente, los acuíferos y el patrimonio tangible e intangible de las culturas originarias que es algo primordial.
El Dr. Matus Kramer, quien fue integrante de la estructuración del proyecto de la red de 100 Ciudades Resilientes, impulsada por la Fundación Rockefeller, la cual constituye una plataforma de potenciamiento de las ciudades que promueve el desarrollo urbano sustentable con un fuerte enfoque en el aspecto humano; aportó con su experiencia que con especialistas destacados se pueden realizar talleres con temas de elementos rectores, para medir los instrumentos de política pública en temas clave como Resiliencia Hídrica, de Movilidad y de Planeación Territorial, entre otros.
“De esta forma, las ciudades resilientes están mejor preparadas para proteger y mejorar la vida de sus habitantes, para asegurar avances en el desarrollo, para fomentar un entorno en el cual se pueda invertir, y promover el cambio positivo”, agregó.