- Historia de una tragicomedia
- ANPEC considera que el Estado ha optado por una reactivación económica a toda costa, no importando el número de contagios y muertes que haya en el intento.
- Es tiempo de hacer un rápido balance de lo ocurrido en esta “Tragicomedia” del combate al Covid -19 en México.
- Encaremos y controlemos a nuestros adolescentes y jóvenes respecto a la asistencia de fiestas y reuniones, ya que son la población objetivo de la variante Delta.
CDMX a 20 de julio del 2021.- La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) considera que el anuncio que ha hecho el Gobierno Federal de desaparecer el semáforo epidemiológico como herramienta de medición y control en el combate a la pandemia cierra un capítulo en el que el Estado ha optado por una reactivación económica a toda costa, no importando el número de contagios y muertes que haya en el intento.
“El Gobierno Federal ha endilgado la responsabilidad del combate y manejo de la pandemia a los gobiernos estatales, lavándose las manos, eludiendo la obligación constitucional de conducir al país como un solo cuerpo en una de las emergencias sanitarias más graves que hemos enfrentado”, comentó Cuauhtémoc Rivera, presidente de ANPEC.
Es tiempo de hacer un rápido balance de lo ocurrido en esta “Tragicomedia” del combate al Covid -19 en México:
Capítulo 1. Relativizar su letalidad. Cuando Covid-19 llegó a nuestro país, a finales de febrero del 2020, la reacción oficial fue relativizarlo al equipararlo con una simple “gripita”, al permitir bajar de un crucero a un grupo de turistas infectados sin mayor protocolo de prevención, al reaccionar de manera tardía con módulos de prevención en los aeropuertos, al llamar a la población a salir de sus casas, a no tener miedo de ir a restaurantes y socializar, bajo la idea de que el Covid no es como lo pintan, casi abrigando la noción de que el Covid era una “fake news” y que no era un riesgo verdadero.
Capítulo 2. Prevención sin prevenir. Mientras que en las conferencias vespertinas se llamaba a la población a observar medidas preventivas anticovid, las autoridades eran las primeras en no acatarlas y permanentemente se resistían al uso obligatorio del cubrebocas y en ocasiones a la sana distancia, confundiendo a la población; decían una cosa y hacían otra. El capítulo del cubrebocas evidenció la prevención fallida en la lucha contra el Covid. Ni qué decir de las aglomeraciones, eventos masivos y demás conductas no recomendadas en las que hemos incurrido a lo largo de la pandemia como sociedad.
Capítulo 3. Frenar la Economía. Al declarar como actividades no esenciales a importantes cadenas productivas, al promulgar y promover iniciativas de Ley prohibicionistas que obstaculizaron el libre comercio en las comunidades, provocando la pérdida de miles de empleos e ingresos, agudizando más la crisis; el colmo de este estrabismo político llegó a que en muchos municipios se impidiera el abasto a su mercado local, generando desabasto, especulación, incremento de precios y delincuencia. Más que evidente resulta que desactivando no se puede reactivar economía alguna.
Capítulo 4. Conferencias vespertinas. Cancelar las conferencias vespertinas diarias que informaban de la pandemia, buscando restarle relevancia e importancia en la agenda gubernamental, no impidió la llegada de la a 3ª Ola Covid; en cambio, lo que sí logró fue mandar un mensaje equivocado a la población de que el Covid había sido controlado y no derrotado, haciendo que la población bajara la guardia en lugar de haber aprovechado este momento para fortalecer la cultura de prevención en la gente, camino verdadero para lograr una reactivación económica sostenible en el tiempo.
Capítulo 5. Cambio de conversación. La cancelación del semáforo epidemiológico encuentra su justificación en la intención gubernamental de sacar de la conversación nacional el tema de la pandemia, restándole valor y tratando de normalizar su permanencia, la presión inconfesable del gobierno por mostrar un rebote de la economía a toda costa, apoyado tan sólo en la inconclusa Jornada Nacional de Vacunación, no es otra cosa que anteponer los criterios económicos a los criterios de salud pública. Hacer esto en plena 3ª ola Covid significa dejar desprotegidos a los jóvenes y niños, población objetivo de este nuevo ataque del virus; los niños mayores de 12 años y los jóvenes no han sido vacunados aún; literalmente, los estamos lanzando al ruedo sin red protectora.
Corolario:
Lo que nos resta es cuidarnos a nosotros mismos y a nuestras familias; mantener las medidas de prevención anticovid; tener mucho cuidado con el próximo regreso a clases no exponiendo a nuestros hijos; planeemos nuestra movilidad para evitar aglomeraciones; usemos correctamente el cubrebocas (de 3 capas); lavemos y sanitizemos constantemente nuestras manos, portemos gel antibacterial y, por duro que sea, encaremos y controlemos a nuestros adolescentes y jóvenes respecto a la asistencia de fiestas y reuniones, ya que son la población objetivo de la variante Delta. Debemos entender que si no nos cuidamos nosotros NO nos cuidará nadie. Prevenir es vivir.
2 millones seiscientos sesenta y seis mil contagios, 236 mil muertes, ser el 4º país con mayor mortalidad Covid en el mundo, con tan solo 17% de la población vacunada con 2ª dosis: son los funestos resultados de esta dolorosa tragicomedia que hemos estelarizado como sociedad. Craso error pensar que el dinero vale sin tener salud. Aquí aplica lo que la máxima sentencia: “De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si se pierde a sí mismo”.
#CuidémonosCuidemosANuestrasFamilias
#PrevenirEsVivir