Colaboración: L.C.C. FERNANDO CORONADO TAMAYO
COVID-19 EXHIBE SOBERBIA Y EGOISMO DE LOS HUMANOS
Reflexionando un poco acerca de lo que viene sucediendo en el mundo, tras la pandemia del coronavirus COVID-19 y aunado que tuve una emergencia de salud (convulsioné) justo el pasado lunes 9 de marzo, lo cual me obligó a detener mis actividades rutinarias y tuve que acudir a diversos centros de salud pública y privada, pude observar escenarios variados cuando ya iniciaba la contingencia sanitaria que ponía en jaque al mundo. Ese mismo lunes al ser dado de alta, vi en las noticias como el líder de México le decía a su “pueblo bueno” como falsamente lo nombra, que continúen sin medidas preventivas y siguieran besándose y abrazándose, pues con amor y abrazos nada puede salir mal; claro, estoy seguro que el señor presidente nunca ha esperado en una sala de urgencia de clínicas de salud pública del IMSS y al tener una emergencia médica es trasladado en avión al hospital de su confianza, en Houston u otra ciudad extranjera con buena reputación del área de la salud.
Así transcurrieron los días y la contingencia continuó avanzando, dejando una estela mortal y dramática sobre todo en países de los continentes asiático y europeo; América se fue contagiando inicialmente entrando por el Norte y pasando muy velozmente a los países de Canadá, México, Guatemala, El Salvador, Brasil, entre muchos otros.
Esta emergencia sanitaria, generó desinformación estrés y hasta cierto punto, mal manejo de la crisis, por lo menos en nuestro país. Las personas salieron a comprar artículos de limpieza a granel, que realmente no sabrían para que lo necesitaban, pero igual, tal vez daba un sentido de seguridad sanitaria, tener resguardo excesivo de algunos artículos, sin importarnos que tal vez existen familias con una necesidad de tener las habitaciones de sus propiedades realmente saneadas por los adultos mayores con diabetes o algún tipo de cuidado especial y que requiere asepsia rigurosa. Asimismo, pude ver salir personas de los supermercados con el doble o triple en cantidades de artículos de lo que realmente necesitarían para cubrir la necesidad sanitaria de una quincena; repito, alimentando nuestra naturaleza ególatra y sin ser empáticos a nuestros prójimos.
En lo que mayormente se excedían fue en rollos de papel sanitario, servilletas, cloro, desodorante de baño, toallas húmedas y gel antibacterial, es obvio también que no todas las familias tienen la facilidad económica de poder tener un bodega en resguardo de artículos de limpieza, y que bueno que algunos tengan, para eso trabajan y se esfuerzan pero no es el punto; tienen en resguardo artículos que sí son vitales para seres humanos en condiciones muchísimo más vulnerables que otras y así, sin importar cuan egoístas podríamos ser, hubo personas que acudió más de 5 veces en un fin de semanas a los supermercados, complicando la accesibilidad de adultos mayores y personas con discapacidad que también hacen filas, pero no es lo mismo hacer una fila de 5 minutos que una de media hora; yo soy una persona con discapacidad y créanme que no es lo mismo, esa fue la parte del egoísmo que pude reflexionar, la contingencia fue: abarco justo un fin de semana de quincena y que además estaba programado en el calendario escolar como fecha emblemática que daba pie a los llamados “puentes”, mismos que son utilizados por los trabajadores y estudiantes para aprovechar el día de asueto en alguna playa de México.
A pesar de que la pandemia ya había sido anunciada como confirmada en territorio nacional, a muchos no les importó y continuaron sus vidas como si no hubiera emergencia sanitaria, pese a “asombrarnos” por la situación en diversos países, sin miedo, no se respetó el aviso de prevención. Dígame usted si eso no es soberbia y de nuevo egoísmo humano, pues principalmente se están muriendo personas con otra enfermedad y adultos mayores que al combinar el virus con otros actores mueren. “Yo no, a mí no me pasaría” y de nuevo la irresponsabilidad de salir de casa, creyendo que engaño a las autoridades y medidas de prevención, por mi total ignorancia en el estricto buen uso de la palabra “soy ignorante” siempre y cuando desconozca algo, entonces ignoro acerca de un tema, si no estoy seguro de lo que es y significa una pandemia, ¿por qué me expongo y expongo a otras personas saliendo de mi casa sin respetar a la autoridad?, ¿quiénes tienen la facultad de frenar e idealmente solucionar este tipo de crisis?
¿Será que tenía que venir el coronavirus a recordarnos la poca empatía y conciencia social que nos rige?, ¿será que no sea capaz de utilizar 15 minutos de mis megas para leer en Google de qué trata lo que está pasando en el mundo, en lugar de ver memes?, ¿será que tengamos que vivir un toque de queda para decir, debimos prevenir en la fase 1?, ¿de verdad nuestro egoísmo y soberbia llega a tanto? Yo en lo personal, me declaro soberbio y egoísta, pero también puedo decirle que cuando he actuado bajo estos instintos, los resultados que me han quedado siempre han sido negativos, he aprendido de mi dolor, muchos días de los últimos 3 años de mi vida los he pasado en un hospital, ya sea en una camilla, o en una sala de urgencias o espera y tal vez, usted no imagina lo desagradable que es eso, no nos están pidiendo entregar nuestro patrimonio, sólo nos piden ser responsables, y actuar en conjunto con las autoridades, salir de la crisis en equipo, en un par de meses la vida podrá ser igual y como nos gusta, siempre y cuando prevengamos a tiempo, no se trata sólo de usted, ni se trata de mí, se trata de la sociedad en su conjunto.
Estoy seguro que en nuestro siguiente encuentro podremos compartir temas más amigables, lo espero con ansia, aquí en la #tribunaPlural.