LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y LA POLÍTICA
GABRIEL AVILÉS
presagiodemar@gmail.com
Cada día más violencia, más muertes, y nosotros, sólo espectadores y críticos incisivos de lo que sucede en México. Actualmente, las estadísticas son las que mandan, los noticieros se basan en ellas para condenar al actual sistema político de México y su trabajo, sin embargo, todo lo que se menciona, desde hace muchas décadas se han considerado, sin embargo, los medios de comunicación ocultaban esos datos matemáticos debido a que estaban bien regenteados por el presidente en turno y sus secuaces.
El dinero y los intereses personales eran los que movían la información y no la verdad, la verdad manipulada por periodistas de “renombre” como López Doriga, Carlos Loret de Mola, Javier Alatorre, entre otros, la mayoría traían la escuela del pasado, ese pasado donde Jacobo Zabludovsky era el vocero oficial de cada sexenio y maestro de muchos “periodistas”.
Actualmente, desde Televisa, Tv Azteca, medios locales de los distintos estados han dejado de recibir sus dineros y acostumbrados al chantaje, ahora, se escudan en información manipulada, sin embargo, estos datos eran los mismos o peores en los años foxistas, calderonistas y por supuesto, de Enrique Peña Nieto.
Con lo anterior, no quiero decir que el actual gobernante y su equipo no cometan graves errores como el servilismo de Marcelo Ebrand ante el presidente de Estados Unidos Donald Trump, pues, cambio los aranceles por volver a México, la cloaca de los migrantes latinoamericanos para su llegada al territorio norteamericano.
Sin embargo, los distintos medios masivos debido a los cambios de rumbo, están tomando conciencia de que son portavoces de la población, el resultado, mostrar las absurdas y crueles decisiones de Trump en cuanto a las políticas migratorias ha creado celdas donde niños y jóvenes son confinados en las situaciones más insalubres y peligrosas para su integridad tanto física como emocional. Éste que escribe los considera los nuevos guetos donde la impunidad se convierte en una seductora serpiente que muerde a los más débiles.
Gracias a los canales de televisión y la radio, medios impresos y digitales han expuesto el servilismo de los mandatarios de Guatemala, El Salvador y, obvio, Andrés Manuel López Obrador que de acuerdo a sus opositores lo vislumbran como un hombre acostumbrado al autoritarismo, a la mitomanía, con ansias de poder más que el bienestar del pueblo, sin reconocer que durante más de 80 años gobernados por el PRI y dos sexenios panistas vivimos en el despotismo de estos partidos llenos de ladrones de cuello blanco, los cuales con la ayuda de los dueños de las grandes empresas de comunicación hicieron un México sin conciencia, sin gente pensante porque la gente pensante fue relegada o aniquilada cuando decían nuestra realidad.
Lo más fácil era quitar de en medio a todo aquel que estuviera o pudiera descubrir posibles pistas para resolver las historias como el caso Colosio, Ayotzinapa, vínculos de políticos con el narcotráfico que hasta hoy se dan a conocer como una manera de perjudicar a AMLO y sus colaboradores. Los comunicadores gozan de mayor libertad de expresión, sin ataduras y sin directrices impuestas por sus jefes. Mi caso es un ejemplo de lo anterior, al dejarme expresar sin miedo a no ser publicado o represiones injustas, más rápido o más despacio puedo concluir que pese a los factores negativos del día a día, estamos yendo a una verdadera democracia y eso ya es ganancia para los mexicanos.