El emérito acude a un partido de balonmano en Pontevedra para ver jugar a su nieto

Internacional

El regreso del rey emérito a España está teniendo una repercusión desmesurada. Si ya fue multitudinario su recibimiento en Sanxenxo, adonde llegó el pasado jueves tras recalar en Peinador, este sábado, Juan Carlos I ha visitado un pabellón Municipal de Pontevedra a rebosar para ver el partido de balonmano en el que juega su nieto Pablo Urdangarin.

El hijo de la Infanta Cristina e Iñaki milita en el filial del FC Barcelona, que este sábado se ha enfrentado al Club Cisne Colegio Los Sauces en el penúltimo partido de la competición de la División de Plata.

Juan Carlos I ha podido acercarse al duelo tras ser cancelada finalmente la regata en la que iba a participar por motivos de falta de viento. Con todo, se pudo ver al exmonarca navegando antes del anuncio de la suspensión a bordo del ‘Bribón‘.

El pulso del rey Juan Carlos I acentúa la inacción de Felipe VI durante dos años

El regreso del rey emérito ha despertado tanto reacciones de apoyo, como la mostrada por los vecinos de Sanxenxo que le aplaudieron y corearon su nombre, como de rechazo, como la protesta antimonárquica protagonizada por colectivos nacionalistas bajo el lema «Galiza non ten rei«.

El emérito espera «muchos abrazos» de su familia

El emérito también ha expresado que está impaciente por reencontrarse este lunes con su hijo, Felipe VI, y el resto de sus parientes. Ante las preguntas de los periodistas este domingo, ha dicho que espera «muchos abrazos» y que tiene ganas de «ver a la familia».

Lo ha dicho en su salida del Real Club Náutico de Sanxenxo (Pontevedra) en el coche particular del regatista Pedro Campos, su amigo personal y anfitrión en su estancia en Galicia. Allí ha tenido lugar la entrega de premios a los ganadores del Trofeo Viajes InterRías, tercera prueba puntuable para el circuito de la Copa de España de 6 Metros.

Felipe VI se reencontrará este lunes 23 de mayo con Juan Carlos I en el Palacio de la Zarzuela, casi dos años después de abandonar la que fue su residencia durante 57 años para irse a vivir a Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos) en agosto del 2020. 

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