RENUNCIA AL PRI

Nacional

Nadie tiene duda de que el domingo pasado vivimos una de las jornadas más vergonzosas en la vida democrática del PRI y del país. Eso está claro.

El resultado para el PRI es que lo refundieron. Si se insiste en las viejas mañas y en las prácticas deshonestas mostradas durante la elección, el PRI de la mano de la cúpula, solo tiene una ruta: la extinción.

Me entristece ver a los liderazgos políticos en el territorio que se prestaron a esta nueva estafa. Pero también reconozco a los liderazgos que resistieron y resisten el embate de la cúpula. Son el tipo de militantes que cualquier partido desearía tener.

En lo personal, tengo claro que el PRI que se vio el domingo 11 de agosto no es el partido que me representa. Sin embargo, habiendo consultado con militantes que me respaldaron y dieron su confianza durante el proceso interno, no impugnaré jurídicamente una elección que la cúpula deslegitimó.

Este será el último gesto para el partido al que tanto afecto le he tenido. Que quede constancia no lo hago por la dirigencia ilegitima, ni mucho menos por la cúpula, sino por los efectos poselectorales, que impactarían en la militancia que ninguna culpa tiene de los actos de unos cuantos. En congruencia con mis convicciones democráticas, hoy he presentado mi renuncia al PRI después de 29 años de militancia.

Siempre estaré agradecida por las experiencias, las oportunidades y por los amigos y amigas que me brindó. Seguiremos en contacto, porque nuestra lucha por México y por la democracia no termina, va más allá de una elección.

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